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Un negocio con cuatro patas

Una forma de advertir de un vistazo el cambio vertiginoso que han dado las oficinas en los últimos 30 años es repasar la producción de la fabricante de sillas de Sondika (Vizcaya) Biplax desde sus inicios, en 1964, hasta la actualidad. La empresa, que nació hace 35 años de la unión de los hermanos Jesús y José Gaztañaga y Ernesto María Deba, comenzó fabricando sofás-cama, pero cuando este producto saturó el mercado pasó a producir sillas de oficina. Los modelos metálicos y rígidos de los años 40, 50 y 60 han pasado a la historia, y las sillas que produce ahora Biplax incorporan desde hace unos años dos componentes nuevos: diseño y ergonomía, para que los usuarios se sientan lo más cómodos posible. Estos cambios no han sido fáciles de realizar en una empresa como Biplax, que mandaba su flota de camiones con prototipos de sillas por toda España y volvían los comerciales con tantos pedidos que la fábrica no daba abasto. "No tenían tiempo de producir todo lo que el mercado demandaba", comenta Maite Gaztañaga, directora de Marketing de la empresa. "Ahora, en cambio, es el mercado el que manda a Biplax qué producto tiene que hacer", añade. Maite Gaztañaga, el director de fábrica, Javier Gaztañaga, y el gerente, Ernesto Deba, tomaron el relevo hace unos años a sus padres y su entrada ha aportado nuevos aires a la fábrica, aunque los fundadores siguen siendo los propietarios de la empresa. Investigación Desde su puesto, Maite Gaztañaga lidera el cambio en el que se ha adentrado la empresa en el último lustro, impulsando el diseño, la calidad y la ergonomía. "Antes, se copiaba a los extranjeros los diseños; ahora, se investiga lo que demanda el mercado y en base a eso se diseña", comenta la reponsable de Marketing, que cuenta con un departamento de Investigación y Desarrollo (I + D) que no para de trabajar en nuevos diseños y mayores prestaciones en las sillas sin encarecer el precio final. Además, Biplax encarga a diseñadores el desarrollo de nuevos productos. Pascual Salvador, Item, Miguel Ángel Ciganda y noruego Tore Wroldsen son algunos de los creadores que trabajan para la empresa vizcaína. Dos años es el tiempo en que tarda en desarrollarse un nuevo producto en Biplax. Antes de su salida al mercado, todas las sillas pasan multitud de exámenes. En Valencia, el Instituto Tecnológico del Mueble y Afines (Aidima) realiza pruebas biomecánicas a las nuevas sillas de Biplax, el Instituto de Ergonomía pone a prueba las características ergonómicas y, finalmente, Cidenco certifica la calidad de las materias primas empleadas. Los nuevos diseños incluyen todo tipo de comodidades y mecanismos que convierten las sillas en un producto con manual de instrucciones. De la fábrica de Biplax salen confidentes que vuelven a la posición inicial en cuanto se levanta su ocupante, por lo que no hay que ordenarlas. También sillas con brazos que se levantan automáticamente para facilitar el trabajo con el ordenador y, por supuesto, todo tipo de botones y mandos para regular el asiento y el respaldo al gusto del consumidor. Encargos personales Además de la producción, que se realiza bajo pedido, Biplax fabrica bajo encargo de empresas o de personas concretas que por su peso o por su altura no se sienten cómodas en las sillas convencionales. "Aceptamos encargos personalizados, aunque sólo sea una silla", destaca Gaztañaga. En algunas ocasiones, la empresa ha llegado a encargar el diseño de una tela específica para tapizar las sillas por encargo de un cliente. Esta idea de servicio personalizado se refleja también en algunos modelos que produce Biplax, como una silla que va serigrafiada en el respaldo con un dibujo infantil patentado por la empresa, pero donde se puede serigrafiar tambiém el logotipo de la empresa o el dibujo que elija el cliente. La fabricante vizcaína está presente en los más importantes foros españoles de diseño, como el Salón Internacional del Diseño y Hábitat (Sidi) y en Reunión de Empresas de Diseño (RED). Además, participa en ferias como Construmat en Barcelona, donde acaba de presentar su última creación, la silla Morgana, un modelo realizado por su departamento de I + D y que ha causado furor entre los visitantes de la feria. "Todavía no está catalogada, pero nos están llamando muchísimos clientes para hacernos pedidos", comenta Gaztañaga. Cuando los hermanos Gaztañaga y Ernesto María Deba fundaron la empresa, Sondika era un pequeño municipio y Biplax estaba rodeado de campas. Ahora la empresa, que cuenta con 10.000 metros cuadrados de superficie, es una isla entre un mar de chalés. Por esta razón, el traslado a otra ubicación es el próximo proyecto de Biplax, que facturó en 1998 cerca de 1.500 millones de pesetas y que espera terminar 1999 con una cifra de negocio de 1.650 millones. Otro de sus objetivos es aumentar la exportación del 12% actual al 25% en el año 2002 gracias al impulso de Cofiex, un consorcio que han creado con otras empresas del sector del mueble para llegar a todos los rincones de Francia, y de otro consorcio que crearán próximamente para hacer lo mismo en Inglaterra. La empresa vizcaína ha cuidado mucho su red comercial en España y los mercados exteriores. Las sillas de Biplax llegan actualmente a unos 30 países, entre ellos, China, América del Sur, Estados Unidos y Rusia.

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