Una única cata en la plaza de Ramales determinará la ubicación exacta de la cripta de Velázquez
Un boquete de 16 metros cuadrados en la plaza de Ramales servirá a los expertos de la Consejería de Cultura para ubicar la cripta donde supuestamente está enterrado el pintor Diego de Silva y Velázquez. El objetivo de la cata es hallar el muro de la iglesia de San Juan donde fue inhumado el artista, de forma que sirva de guía para determinar la orientación del templo y situar con precisión en qué parte de la plaza se encuentra la cripta donde reposa supuestamente Velázquez desde 1660. Los trabajos de prospección comenzarán a principios de mayo.
Los estrategas de la Operación Velázquez (una comisión formada por historiadores, arqueólogos, geofísicos, antropólogos, arquitectos y restauradores) han decidido ya el plan de ataque para encontrar los restos del genial pintor sevillano. Tras barajar numerosas posibilidades han decidido que la mejor manera de pinchar en hueso, y provocar las menores molestias a los residentes en la zona, es tener segura la ubicación de la cripta donde fue enterrado el artista. Para lograrlo, los técnicos de la Consejería de Cultura han requerido la ayuda del geofísico francés Alain Kermovant, que ha desarrollado un sistema de detección de restos históricos bajo el subsuelo sin necesidad de abrir el terreno. Sin embargo, Kermovant se encuentra actualmente en un yacimiento de Siria, por lo que su llegada a Madrid se retrasará aún algunas semanas. Para adelantar el trabajo abrirán una cata de 16 metros cuadrados en la plaza de Ramales, hasta encontrar uno de los muros de la iglesia de San Juan donde fue enterrado el pintor. Hallado este resto, y como se conocen los planos del templo a través de los dibujos del arquitecto Juan Gómez de Mora (1586-1684), sólo se hace necesario encajar el lienzo en los planos. A continuación se trasladaría la planta de la iglesia, ya orientada, a la glorieta y se pincharía directamente sobre la cripta.
Diego de Silva y Velázquez fue enterrado en 1660 en la iglesia de San Juan, templo cercano al alcázar de los Austrias y que se convertiría en el actual palacio de Oriente. Sin embargo, José I Bonaparte decidió entre 1809 y 1811 derribar la iglesia porque deseaba mayores espacios abiertos. La parroquia de San Juan fue derribada y surgió así la actual plaza de Ramales. Pero, según algunos historiadores, la rapidez con que se llevaron a cabo los trabajos de demolición -sólo tres días- impidió la destrucción de todos los muros que se encontraban por debajo del nivel de la calle. Como Velázquez fue enterrado en la cripta de San Juan, y no se tiene constancia de que sus restos fueran trasladados, en teoría, el osario del artista continúa bajo el pavimento madrileño.
Intentos fallidos
Dos veces, a mediados del siglo XIX y a principios de los años sesenta, se ha intentado, sin éxito, hallar los restos. Finalmente, en 1961, el Ayuntamiento dio por perdido el rastro del artista y colocó un monolito conmemorativo en la glorieta. Actualmente, los técnicos de la Comunidad y del Ayuntamiento están cerrando los últimos "flecos burocráticos" de la prospección. Antes de abrir el pavimento se hace necesario determinar el trazado de las conducciones de gas y agua de la plaza, y la cooperación de los ministerios de Defensa e Interior, que conocen el subsuelo de Madrid.
Dos problemas de esta tarea son el enorme tráfico que soporta la pequeña plaza de Ramales y que su pavimento es utilizado como aparcamiento por parte de los autocares que llevan a los turistas hasta el cercano palacio de Oriente. Fuentes de la Consejería de Cultura avanzan que el primer sondeo se efectuará en una esquina de la plaza para "evitar las mayores molestias a los residentes".
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