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Scotland Yard cree que los "ultras" traman una campaña contra judíos, negros y asiáticos

Con las bombas de los últimos dos sábados, que causaron más de 40 heridos en sendos barrios de Londres con población inmigrante, la campaña de terror de la extrema derecha británica no ha finalizado. Ésta es la hipótesis de trabajo que rige las investigaciones de la policía británica al tiempo que se refuerzan las medidas de seguridad en todos los enclaves multiétnicos del país. La amenaza racista se extiende a políticos judíos, negros y asiáticos a través de cartas personales en las que se les exige que salgan del Reino Unido antes del 31 de diciembre de este año.

Scotland Yard interpreta los recientes atentados, el sábado en Brick Lane y una semana atrás en Brixton, como eslabones en una campaña organizada contra las minorías étnicas no sólo de Londres, sino también del resto de país. "Tememos seriamente", dijo ayer el comandante Mike Craik de la Policía Metropolitana de Londres (MET), "que esta campaña racialmente motivada se extienda fuera de Londres". Craik prometió extremar la vigilancia en los barrios multiétnicos de todas las capitales británicas, y en un intento por restaurar la confianza de la población de color aseguró que "todas sus unidades enfocan sus esfuerzos" en la identificación y captura de los responsables de ambas bombas.

Matar, mutilar, herir

Tan sólo la intervención de un vecino de Brick Lane, que descubrió un paquete sospechoso que estalló dentro de su vehículo cuando se dirigía hacia la comisaría de este barrio del este de Londres, evitó una posible carnicería. "El objetivo era matar, mutilar y herir. Es un crimen racista y perverso", señaló el máximo responsable de la MET, sir Paul Condon, en su primera intervención pública desde el inicio de la campaña de terror. El equipo policial incluye detectives de la rama antiterrorista y dirige las investigaciones hacia todos los grupos de extrema derecha. Destaca, por una parte, Combat 18, un grupúsculo neonazi -su nombre se refiere al orden alfabético de las iniciales de Adolf Hitler- que se ha responsabilizado de ambos atentados. Sin embargo, otras tres organizaciones se declaran igualmente culpables de una campaña cuyo objetivo fundamental podría ser la desestabilizacion de la convivencia entre blancos, negros y asiáticos. "Pretenden provocar una guerra racial", interpretó ayer Oona King, diputada laborista por la circunscripción del este de Londres.

Expertos en la lucha antirracista creen difícil la participación directa de Combat 18, un grupo supuestamente infiltrado por las fuerzas de seguridad y las mismas organizaciones anti-fascistas. Señalan, en cambio, a comandos de unas tres o cuatro personas que actuarían por su cuenta siguiendo el ejemplo de las brigadas ultra estadounidenses, y cuya identificación resulta ardua. Una de estas células la forman los White Wolfs (Lobos Blancos), que, según se confirmó ayer, han enviado cartas amenazadoras a diputados y lores judíos, negros y asiáticos.

Ayer mismo, la diputada King dio a conocer el contenido de la advertencia: "Con las campanadas del 31 de diciembre de 1999 comienzan los aullidos de los lobos. Cuando los lobos aullan salen de caza. Ha sido advertida", reza la carta que recibió hace dos semanas.

Colegas en el Parlamento de Westminster, como lord Taylor, que también recibió el mensaje de los Lobos Blancos, no se dejan amedrentar por la campaña de intimidación y odio racial. "Al contrario", subrayó ayer King, "refuerza mi determinación por combatir el racismo".

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