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GUERRA EN YUGOSLAVIA La posición española

Estupor de los militares por las declaraciones de Matutes

Miguel González

Los militares españoles no deben dar "ninguna explicación" sobre la guerra de Yugoslavia, porque "ni la dirigen ni tienen ninguna responsabilidad en ella". Las declaraciones realizadas el pasado martes, y reiteradas el miércoles, por el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, causaron estupor en los cuarteles generales de los tres ejércitos. El mismo Gobierno que ha integrado a España en la estructura militar de la Alianza, alegando que no se podía seguir fuera de los órganos de decisión, asegura, cuando llega el primer conflicto real, que los militares españoles no tienen responsabilidad alguna, pues toda corresponde a sus homólogos de la OTAN.

Aunque todavía pocos, algunos militares de la OTAN son españoles. El general Agustín Álvarez se ha incorporado esta misma semana al cuartel general de Mons (Bélgica) para dirigir la división de Logística del Mando Aliado para Europa, a las órdenes del general Clark. En la base de Vicenza (Italia), desde la que se dirigen los ataques aéreos sobre Yugoslavia, hay un oficial de enlace español.

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Pero es que, al margen de la estructura integrada, España está presente desde 1982 en el Comité Militar de la OTAN, a nivel de representantes permantes o de jefes de Estado Mayor de la Defensa, y dicho comité ha aprobado todos los planes de las operaciones actualmente en marcha.

Revisión de los objetivos

Sucede, además, que la intervención en Kosovo es no artículo 5. Es decir, no se deriva del compromiso de defensa mutua en caso de agresión, por lo que la autonomía de cada país es muy superior. El general Clark no puede cambiar la misión de las fuerzas que se le han asignado sin permiso de las autoridades nacionales. El Ministerio de Defensa revisa diariamente los objetivos asignados a los F-18 españoles y puede rechazarlos si considera que no se adecúan a los objetivos y a las reglas de enfrentamiento previamente pactadas.

Desde el punto de vista militar, la aportación española es modesta, pero no despreciable. Seis F-18 realizan misiones de ataque a suelo y un Hércules C-130 de abastecimiento en vuelo. La fragata Victoria y el petrolero Marqués de la Ensenada forman parte de la flota de la OTAN que patrulla por aguas del Adriático e intervendrán previsiblemente en el bloqueo naval si el Consejo Atlántico lo pone en marcha. Además, España ha ampliado por dos veces, hasta un máximo de 46, el número de aviones cisterna de EE UU desplegados en la base de Morón de la Frontera (Sevilla), mientras Rota (Cádiz) presta apoyo logístico.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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