Maragall recrimina a Pujol que hiciera caer a Serra y mantenga a Arias

Pasqual Maragall rechazó ayer que, al salvar de la reprobación al ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, CiU mantenga respecto al Gobierno del PP la misma actitud que tuvo con el último Gobierno del PSOE, como afirmó Jordi Pujol anteayer. Recordó que fue la retirada del apoyo de CiU lo que provocó la dimisión del entonces vicepresidente Narcís Serra y, posteriormente, la caída del último Gobierno de Felipe González. "No lo olvidemos", dijo.

Algunas heridas escuecen durante muchos años después de producidas; e incluso después de curadas. Algo de eso es lo que hay en las relaciones de Pujol con Serra y Maragall, y viceversa. Pujol tiene clavado en la memoria que Serra estaba en el Gobierno cuando el fiscal general del Estado llevó la quiebra de Banca Catalana al juzgado. Los socialistas catalanes tienen clavado en el corazón que fuera CiU, por boca de Joaquim Molins, quien hiciera la intervención más dura en el Congreso de los Diputados contra Serra cuando estalló la crisis de las escuchas ilegales del Cesid. Maragall expresó ayer este resquemor, que permanece en el fondo de las relaciones entre las cúpulas del PSC y CiU. En 1995, recordó Maragall, la actuación parlamentaria de CiU "puso en la picota" a Serra y el discurso que hizo Molins en el Congreso hizo que dimitiera "y, a la larga, Felipe González también tuviera que dejarlo [el Gobierno]". El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat recordó también que en 1995 Pujol justificó la retirada del apoyo político y parlamentario a Serra afirmando que "los centinelas se han dormido". Pero si, como quiere aparentar, CiU mantuviera la misma actitud respecto al Gobierno del PP, y en particular de Arias-Salgado, añadió Maragall, no le habrían salvado el miércoles de la reprobación parlamentaria. Ahora, enfatizó el ex alcalde de Barcelona, "no es que los centinelas se hayan dormido: es que llevan un mes sobando". "Tenemos el mayor desastre aeroportuario de los últimos 20 o 25 años y aquí parece que no debe dimitir nadie". El respaldo de CiU a Arias-Salgado, era obligado, por otra parte, aunque Pujol dijera que para él había sido como "tragarse un sapo", porque en esta legislatura los diputados del PP en el Parlament han salvado de la reprobación a cuatro miembros del Gobierno de Pujol: los consejeros Xavier Marimon (Agricultura), Antoni Subirà (Industria), Antoni Comas (Bienestar Social) e Ignasi Farreres (Trabajo). Algunas son muy recientes. La planteada contra Farreres por el escándalo de las ayudas millonarias concedidas por el Departamento de Trabajo a empresas relacionadas con su partido, Unió Democràtica, se votó la semana pasada. Maragall formuló esta réplica a Pujol en la apertura al público de su sede de campaña. En esta sede, situada en pleno centro de Barcelona, donde antaño estaba la Sala Gaspar, tiene su despacho Maragall y trabajan desde hace semanas los colaboradores que dirigen su campaña. Pero ayer entró en funcionamiento la parte que gestionarán los voluntarios por el cambio, que se encargarán de atender al público y vender los productos del merchandising electoral.