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Martínez Mediero sale de su largo silencio en los escenarios madrileños

Se repone, 25 años después de su estreno, 'Las hermanas de Búfalo Bill'

Manuel Martínez Mediero, cuya obra fue uno de los revulsivos teatrales del tardofranquismo y la transición, apenas sube a los escenarios españoles. El autor, de 60 años, traducido y montado en numerosos países, no ha dejado por ello de escribir. Ahora vuelve, de la mano del director Francisco Abad, al teatro Muñoz Seca de Madrid, donde mañana se estrena Las hermanas de Búfalo Bill, obra que trata sobre las diversas caras de la intolerancia y que, en 1974, obtuvo —junto a algún que otro atentado de la derecha—un gran éxito.

Martínez Mediero es un autor cercano al simbolismo, con tintes del teatro de la crueldad artaudiano y con un humor sarcástico que le convierte en claro representante de una generación que sirvió de puente entre el realismo de Buero Vallejo y Alfonso Sastre y el teatro que se lanzaba a experimentar otras vías dramatúrgicas.

No ha dejado de escribir nunca, y de hecho se prepara para septiembre la edición de sus obras completas en la editorial Fundamentos.

M. M. Mediero, como suele firmar no encuentra ninguna respuesta ni explicación razonable a su ausencia de los escenarios madrileños y barceloneses: "La única respuesta coherente que encuentro es que estas dos últimas décadas el teatro ha estado queriendo huir de las zonas menos templadas y ha vivido de las rentas de los grandes nombres como Lorca o Valle". Y añade, al tiempo que coincide con el experto David Ladra a la hora de afirmar que los tiros que le dieron a Lorca se los pegaron al teatro español: "Se le ha mitificado de manera exagerada y ello ha perjudicado a los autores vivos".

Pero también ve el daño en otros frentes. "Es cierto, por paradójico que resulte, que la democracia española para el teatro fue brutal, la transición fue mortal de necesidad, se concluyó que todo lo que hubo hasta ese momento no valía para nada y se cargó las tintas contra ese teatro que no estaba de acuerdo en cómo se había hecho la transición", dice el autor de El bebé furioso acerca de esa época en la .que recuerda que a la escena le dio por el destape o por recurrir a Alberti, que no era dramaturgo. "Todo ello fue en detrimento de un teatro emergente que tocaba temas que estaban allí delante". . .

Martínez Mediero piensa que las obras que se hacína en el franquismo tienen algo en común con el que se ve hoy en muchos escenarios: "Persigue como objetivo el entretenimiento, sin más, y no podemos olvidar que el teatro debe tener una función didáctica, de información y de instrucción pública y, aunque respeto el vodevil, no me interesa el teatro que sólo hace cosquillas".

Las hermanas de Búfalo Bill fue premonitoria en la época en que se escribió con respecto a la desaparición de Franco, aunque tardó cuatro años en estrenarse, en 1974, ya que la censura la prohibió entre otras razones porque "era peligrosa de representar porque tenía una gran calidad teatral para conectar con el público", según rezaba en el informe emitido entonces.

Francisco Abad, que dirigió el espectáculo en su primera puesta en escena, ha sido el impulsor de este nuevo montaje, en el que cuenta con los actores Ramiro Oliveros, Sandra Toral y África Gozalbes; el escenógrafo Antonio Zarco, y la música de Víctor Manuel.

Abad repone esta obra 25 años después porque desde entonces sueña con volver a montarla: "Ahora la obra tiene más atractivos, porqué la sarcástica y divertida metáfora que el autor plantea ahora es mucho más universal…., hay más bestias, más: dictadores, más sarajevos ..., este texto siempre será un clásico

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