José Tomás: "No servían ni para el arrimón"

Voz apagada, gesto compungido, mirada baja. ¿Quién ha muerto? Seis toros, como siempre. Eso sí, muy malos. Tanto José Tomás como Juan Mora coinciden. "No servían ni para el arrimón ni para torear bien", dice el primero de ellos. El otro acude a un término musical para cantar la desarmonía del encierro de Daniel Ruiz: "Tenían muy poco ritmo". El tercero en discordia, Morante de la Puebla, más radical, opta por el silencio.

"Venía con toda la ilusión del mundo. Mi único objetivo era salir por la Puerta del Príncipe. Sin embargo, esta profesíón es así. Los toros pueden fastidiarlo todo. De hecho, no han dado opción", afirma el madrileño. Acaba la Feria para él y en el balance se queda "con el respeto del público" y con momentos sueltos (cortó una oreja el martes) como "el capote el Domingo de Resurrección".

Mora, que también se despidió ayer, rescata su actuación con los victorinos: "Fue muy importante y si no llego a fallar con la espada en vez de vuelta al ruedo me llevo dos orejas". Pese al contenido de su afirmación, lo dice sin entusiasmo, casi pesaroso. "Lo que ha pasado hoy [por ayer] pesa demasiado", añade para excusar tanta desgana.