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GUERRA EN YUGOSLAVIA El frente bélico

Belgrado exige al Gobierno de Montenegro que ponga a sus 10.000 policías bajo control serbio

La escala de tensión entre Belgrado y Podgorica amenaza con un enfrentamiento interno en el seno de la República Federal Yugoslava (RFY) de imprevisibles consecuencias. Ayer, el primer ministro de Yugoslavia, Momir Bulatovic, lamentó que sus compatriotas dirigentes de Montenegro crean que "la OTAN es mejor amiga que el pueblo serbio" y mantengan su desafío al Gobierno central y al Ejército federal. Sin embargo, fuentes del Gobierno de Podgorica denunciaron que el Ejército de Yugoslavia ha exigido que la poderosa policía montenegrina, leal al reformista presidente Milo Djukanovic, se ponga bajo su mando.

La policía, compuesta por unos 10.000 agentes en una república con 600.000 habitantes, vigila los edificios gubernamentales y las fronteras montenegrinas. Altos mandos militares serbios calificaron al cuerpo policial como un "ejército paralelo" al servicio de Djukanovic. Ayer, las líneas telefónicas entre Serbia y Montenegro fueron cortadas sin explicación oficial alguna.

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Civiles asesinados

Mientras, el Gobierno de Montenegro repudió el asesinato de seis civiles a manos de milicianos no identificados en Rozaje, una localidad montenegrina fronteriza con Kosovo, a la que ayer acudió el viceprimer ministro, Dragisa Burzan. Aunque no se sabe si se trata del mismo incidente, el Ejército yugoslavo afirmó ayer haber respondido el pasado domingo en Montenegro a un ataque de combatientes del Ejército de Liberación de Kosovo mezclados en una columna de refugiados kosovares y que mató a cuatro. No paran ahí los problemas. En la mañana de ayer, las autoridades montenegrinas denunciaron que los soldados yugoslavos cerraron la frontera entre esta república y Croacia en el puesto de Debeli Brijeg. El Ejército yugoslavo intentó tomar el control de la frontera de Montenegro con Croacia, que la policía ha mantenido abierta pese a la orden de cierre dada por Belgrado. El Ejército levantó sus propios puestos de control.

Esta lenta pero progresiva ampliación del conflicto de los Balcanes ya ha alcanzado también a Croacia. Ayer, el embajador de este país ante Naciones Unidas, Ivan Simonovic, denunció que unos 300 soldados del Ejército yugoslavo entraron en una zona desmilitarizada del país situada al sur de la península de Prevlaka que se encuentra bajo control de la ONU. Los soldados serbios habrían entrado precisamente desde territorio montenegrino.

Según una nota del Gobierno difundida ayer por la agencia oficial Hina, "Croacia exige a la República Federal Yugoslava la inmediata retirada de tropas y pide al Consejo de Seguridad [de la ONU] que tome medidas". El embajador Simonovic indicó que la acción viola los acuerdos alcanzados en 1996 para la normalización de relaciones entre los dos países.

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