El FMI prevé que el PIB mundial crecerá un 3,4% en el año 2000
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha abandonado la tradicional arrogancia con la que presentaba su informe Panorámica económica mundial, probablemente como consecuencia de los últimos fracasos de sus previsiones. El documento recoge la existencia de un clima más positivo que el que se vivió durante el último trimestre de 1998, y prevé un crecimiento para el año 2000 del 3,4%.
ENVIADO ESPECIAL
El FMI muestra cierto optimismo, pero, al mismo tiempo, establece tal número de cautelas (el convencimiento de que la economía estadounidense necesita reducir su ritmo de crecimiento, la constatación del descenso de actividad en la zona euro, la debilidad de Japón, la recesión en América Latina o la fragilidad financiera de China), que sus previsiones parecen más un deseo de lanzar un mensaje optimista que el resultado de un análisis profundo de la situación. Para este año, la apuesta se mantiene inalterada respecto a la previsión publicada en diciembre pasado, del 2,3%, aunque esta cifra es dos décimas inferior a la prevista en la asamblea del Fondo celebrada el pasado octubre.
Una prueba de ello es el resumen de tendencias realizado ayer por los directivos del FMI. "Desde finales de 1998, los desarrollos positivos que ha registrado la economía mundial, la recuperación de la confianza de los inversores en los mercados emergentes y las medidas de política monetaria, han sido ampliamente contrarrestados por algunos importantes reveses, de modo que la previsión global registra pocos cambios respecto a la revisión presentada en diciembre de 1998", afirma el informe.
Esta revisión, que redujo la apuesta de crecimiento de la economía mundial al 2,3% para este año, se produjo poco después de que la tormenta financiera se centrara sobre Brasil, pero, significativamente, antes de que este país se viera obligado a devaluar su moneda y abriera las puertas a la recesión en el conjunto de América Latina.
Tal y como resumió ayer el economista jefe del FMI, Michael Mussa, la posibilidad de que se cumplan las previsiones para este año (2,3% de crecimiento) y las del 2000 se fundamentan en que "el crecimiento más vigoroso de la economía de Estados Unidos y de Canadá compense el débil crecimiento de Japón y Europa", aunque de momento el "punto de equilibrio se encuentra escorado hacia la zona de riesgo".
La capacidad de contrapeso de Estados Unidos no está totalmente asegurada, pues su "economía necesita desacelerarse, tras su crecimiento del 4% durante el último trimestre, y existe el peligro de que lo haga de forma abrupta, y Europa se está desacelerando, mientras que tampoco sabemos si Japón ha alcanzado ya su punto más bajo". Mussa volvió a resaltar la preocupación con que la institución observa el nivel de precios de la Bolsa de valores estadounidense. Aunque reconoció que, tras dos años de advertencias sobre los peligros de la especulación en Wall Street, "tal vez algo ha cambiado en la forma de valorar las acciones", la mayoría de los economistas la considera demasiado generosa, en relación con los beneficios de las empresas. "Creo", añadió, "que Wall Street necesita una corrección del 20% o superior, aunque llevamos dos años y medio diciéndolo y no ha ocurrido".
Sobre los efectos de lo ocurrido en Brasil, el informe deja claro que ha enviado un nuevo "impulso contractivo a la economía mundial". Así, los nuevos frentes en los que el contagio de la crisis financiera podría presentarse incluyen China, donde se registra una gran fragilidad en el sector financiero, y Rusia, donde "el retraso en adoptar políticas coherentes" está retrasando la estabilización económica. A pesar de ello, el FMI cree que el área lationoamericana comenzará a superar la recesión a partir del segundo semestre de este año.
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