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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Más que un símbolo

LA INAUGURACIÓN de la nueva sede del Parlamento federal alemán (Bundestag) en el histórico edificio del Reichstag en Berlín tiene, en primer término, un innegable contenido simbólico: recuperar para la actual Alemania reunificada y democrática uno de los monumentos que ha marcado como pocos la historia de este país en el último siglo. Construido hace 105 años, poco después de la creación por Bismarck del Estado alemán unificado, el Reichstag vivió su mejor época durante la República de Weimar, hasta su incendio en 1933, tras el ascenso de Hitler al poder. Destinado a albergar algunos organismos administrativos en los años de régimen nazi, permaneció en ruinas durante las cuatro décadas de régimen comunista en Alemania del Este. Pero no todo es simbología en la recuperación de este edificio emblemático, que ha sido reformado por el arquitecto británico Norman Foster con elementos de luminosidad y transparencia que pretenden reflejar la imagen que la actual democracia alemana quiere dar de sí misma. El traslado del Bundestag al edificio del Reichstag en Berlín tiene, sobre todo, un claro significado geopolítico por lo que representa de reequilibrio interior de una Alemania que, además de mirar, como hasta ahora, hacia Occidente, se abre también a su entorno natural del Este europeo.

La Alemania que retoma su vieja capitalidad en Berlín y la sede de su Parlamento en el histórico edificio del Reichstag ha alcanzado con creces los objetivos de la república fundada por Konrad Adenauer a partir de los trozos de su territorio ocupados por los aliados occidentales tras la II Guerra Mundial. Como no podía ser de otro modo, el centro político de la Alemania reunificada se ha movido hacia sus coordenadas históricas: Berlín y lo que esta ciudad representa. Cabe esperar que este reequilibrio no se haga a costa del proyecto creado hace 50 años en Bonn, con la voluntad de superar los antagonismos históricos y construir a una Europa democrática y en paz.

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