Felipe González afirma que una Europa con 120 regiones quedaría bloqueada

La Europa de las regiones no es un concepto que agrade a los socialistas, tal y como puso ayer de manifiesto el expresidente del Gobierno Felipe González. "Si la Europa de los Quince, como vemos, ya tiene dificultades; y la de los 25 tendrá más, qué decir de una Europa de 120 o 130 regiones: simplemente quedará bloqueada".

González descalificó así el afán de los nacionalistas de entrar a formar parte de Europa de manera autónoma reproduciendo a pequeña escala "el Estado-nación". González considera que simplemente Europa sería ingobernable. El expresidente hizo unas breves reflexiones como presentación en el club Siglo XXI del que fuera su ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, como candidato a la alcaldía de Zaragoza. No discreparon en absoluto Belloch y González ya que el primero siguió la senda marcada por González de críticas a los nacionalistas por querer, entre otras cosas, reproducir los vicios de la burocracia estatal. Muy atento escuchaba el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, que aceptó la invitación de Belloch.

Una foto "cara"

"Espero que Jaime Mayor Oreja salga de aquí sin perder demasiadas plumas y que esta foto no le cueste muy cara", dijo González en tono de broma aludiendo a los posibles males que puedan sobrevenir al ministro del PP por asistir a un acto cuyos protagonistas eran socialistas. Ahí estaba el presidente de los socialistas vascos, Txiki Benegas; el responsable de Política Municipal, Alfonso Perales; y la secretaria general del Grupo Socialista, María Teresa Fernández de la Vega.

Belloch admitió que su incursión en el municipalismo es nueva, pero con modestia se atrevió a hacer propuestas, entre ellas la de revisar la Constitución para "dotar a las ciudades" de competencias que tienen las comunidades.

En su conferencia Belloch hizo votos porque alguna vez el PSOE y el Partido Popular (PP) se pongan de acuerdo para negociar juntos un sistema de financiación estable de las diversas administraciones públicas, aunque nada le invita al optimismo dada la capacidad de los partidos nacionalistas de condicionar al partido mayoritario ante la ausencia de mayorías absolutas.