CiU no romperá con el PP a pesar de las críticas de Aznar a los nacionalismos

Las disputas entre el Partido Popular (PP) y Convergència i Unió (CiU) por la cuestión de los nacionalismos tan sólo han sido salvas de artillería. La coalición nacionalista ha asumido que éste será el debate central de la precampaña electoral y, como tal, no afectará al pacto de gobernabilidad que mantienen con los populares en Madrid. No obstante, algunos miembros de la ejecutiva de Convergència reclamaron ayer a la dirección una respuesta más contundente.

Guerra dialéctica contra el PP o respuestas contundentes y oportunas. El comité ejecutivo de Convergència se debatió ayer en este dilema. Algunos miembros, especialmente el parlamentario Joaquim Ferrer, se mostraron férreos en iniciar un ataque sin cuartel contra los populares. En cambio, la mayoría de la dirección convergente optó por la táctica de las críticas puntuales o lo que el secretario general de CDC, Pere Esteve, denominó "discurso en positivo". Nadie defendió la tesis de romper el pacto de gobernabilidad. Las referencias de José María Aznar este fin de semana asimilando la ideología nacionalista con actitudes excluyentes ha enervado a CiU. Pero la dirección nacionalista era consciente de que el debate preelectoral iba a tomar estos derroteros. En palabras de un asistente a la reunión de la ejecutiva: "Se ha abierto la veda". La respuesta de CDC fue enérgica. Los comentarios del PP son "graves, injustos e irresponsables" y se invalidan por ellos mismos dado el apoyo que ha prestado el nacionalismo de CiU a los diferentes Gobiernos centrales del PSOE y del PP, comentó Esteve. No habrá ruptura porque tan sólo se trata de declaraciones, fuego cruzado electoral. O poselectoral; el secretario general ya lanzó un aviso: la actitud que adopte la dirección popular hacia los nacionalismos será determinante para futuros pactos tras las elecciones generales de marzo. Entonces la negociación se centrará en un incremento de las cotas de autogobierno para Cataluña y un nuevo pacto de financiación similar al cupo vasco. La dirección de CDC confía en que la postura popular tenga su traducción en las urnas con un descenso notable de los votos. Acuerdo electoral Unió y Convergència cerraron la pasada semana, tras más de 25 horas de intensas negociaciones, un acuerdo para designar a todos los cabeza de lista de las más de 910 candidaturas que la coalición presentará en las elecciones municipales. En tan sólo una decena de municipios, la mitad que en los comicios de 1995, ambas formaciones se presentarán por separado. En nueve de ellos, Convergència concurrirá con el nombre oficial de la coalición, y Unió Democràtica en tan sólo uno, Verdú (Urgell). Las poblaciones donde no han consensuado las candidaturas son ya históricas en el conflicto municipal permanente entre las dos formaciones: Calonge, Vall d"en Bas, Alcanar, Creixell, Altafulla, Santa Oliva, Cunit, Vilanova de Prades, Canet y Verdú. Desde la coalición se valoró ayer muy positivamente el acuerdo, ya que da una imagen de "cohesión".