Los judíos rechazan por precaución entrar en el IRPF

Los judíos españoles no quieren ni hablar de poner sus señas religiosas, con la letra X, en la declaración de la renta (IRPF), a cambio de recibir el dinero que el Gobierno parece dispuesto a ofrecer a las religiones de "notorio arraigo", en un proceso de negociación que empezó el pasado jueves con las Iglesias protestantes. Nadie puede negar a los judíos motivos para esa precaución, también en España, de donde fueron expulsados en 1492, perdiendo bienes particulares y un importantísimo patrimonio cultural e histórico, acumulado como religión desde su instalación en Toledo a mediados del siglo I. En España hay 20.000 judíos registrados, pero el volumen de sus servicios religiosos, repartidos en 13 comunidades, alcanza a 50.000 personas, aparte la avalancha de turistas de esa religión en algunas épocas del año. Por eso reclaman del Estado una asignación presupuestaria anual, pero también otra inicial y única de reparación por un pasado que también España ha contribuido a que pueda ser calificado de atroz. Carlos Sor, su portavoz oficial, no reivindica bienes perdidos, pero querría que el Estado recuperara algunos que fueron suyos y que están en poder de la Iglesia Católica, para poder utilizarlos conjuntamente. Reclama también una solución práctica al problema de los cementerios judíos.

Un derecho económico

Dice el refrán español que "el dinero es muy católico", pero las religiones minoritarias creen que el tal refrán es contrario a la Constitución de 1978. El dinero de los Presupuestos del Estado sale de los impuestos que pagan los españoles y, lo mismo que los católicos en su declaración del IRPF tienen la posibilidad legal de asignar el 0,5239% de sus tributos a la Iglesia Católica, los protestantes y los musulmanes piden para sus fieles el mismo derecho, es decir una casilla en los documentos del IRPF con el nombre de esas iglesias, no sólo la Católica. "Los musulmanes en España somos pocos y el dinero que recibiríamos sería escaso, pero hablamos de igualdad, no de pesetas", dice Mansur Escudero, uno de los dirigentes del Islam en España. El 35,11% de los españoles obligados a hacer la declaración de la renta puso en 1997 la equis en la casilla destinada a la Iglesia Católica (la jerarquía de esta iglesia asegura que un 93,63% de los españoles se declara católico); otro 53,02 % de los declarantes dejó en blanco esa casilla, y el 11,85% destinó sus dineros a "otros fines"

El portavoz de la federación de iglesias protestantes, Pedro Tarquis, considera, sin embargo, que "no es razonable equiparar en una declaración de la renta las creencias religiosas con otros fines de carácter social". Prefiere, por tanto, como los judíos, pactar una asignación económica directa.