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GUERRA EN YUGOSLAVIA Los refugiados

ACNUR cifra en más de 500.000 las personas que han huido de Kosovo

La responsable del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Sadako Ogata, cifró ayer en 525.000 el número de albaneses que han abandonado Kosovo desde que se iniciaron los bombardeos aliados. Ogata estimó que unos 314.000 se encuentran en Albania; 116.000, en Macedonia, y 67.000, en Montenegro, aunque admitió que esas cifras no son absolutamente fiables, porque muchos refugiados han abandonado estos países.Sadako Ogata se entrevistó con el secretario general de la OTAN, Javier Solana, en la sede aliada en Bruselas. En rueda de prensa señaló su agradecimiento por la cooperación que los militares han brindado al ACNUR, pero mostró su voluntad de que los campos de refugiados tengan una estructura civil lo antes posible, "porque eso es lo normal en estos casos". Mostró su preocupación por los refugiados que aún permanecen desperdigados por Kosovo, pero admitió las dificultades existentes para poder ayudarles. Y descartó por poco práctica una posible mediación neutral a favor de estos refugiados, porque "neutralidad no siempre significa seguridad".

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Solana, que reconoció también los problemas que tiene la OTAN para hacer llegar ayuda a los refugiados del interior, se entrevistó a continuación con la fiscal del Tribunal Penal para la ex Yugoslavia, Louise Arbour. Arbour aclaró que un proceso contra el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, no es algo que se vaya a desencadenar automáticamente, porque primero "se han de acumular pruebas que sean admitidas por un juez. Sería desleal si ahora afirmara que se va a procesar a Milosevic", dijo.Y echó agua al vino de quienes esperan una rápida sucesión de condenas al explicar que, aunque el tribunal está estudiando las evidencias de crímenes que le ha hecho llegar la OTAN, ahora se trata de "establecer las responsabilidades personales en el nivel apropiado de mando; eso significa establecer a quién corresponde el poder real dentro de la estructura de mando teórica".

Se lamentó de los escasos medios con que cuenta el tribunal para investigar la crímenes cometidos en Kosovo -sólo una parte de los 70 investigadores que trabajan para el tribunal-, aunque garantizó que hay una presencia permanente de sus investigadores sobre el terreno. Y descartó que ningún Estado pueda suministrar personal de apoyo, "porque lo prohíben las normas de Naciones Unidas que rigen el tribunal internacional". Sí pidió, en cambio, toda la ayuda necesaria para poder llegar al lugar de los hechos en cuanto sea posible, "porque eso sería una ayuda logística, no política, que sí podemos aceptar". Arbour expresó su temor de que los serbios puedan destruir pruebas de los crímenes de guerra cometidos, y especialmente en aquellos casos de los que han sido revelados hechos concretos y, sobre todo, cuando se ha dado a conocer el nombre de los testigos.

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