Calella derriba dos hoteles dentro de un plan de mejora de su oferta turística
Calella, una de las poblaciones turísticas del Maresme, afronta el cambio de milenio apostando por la renovación y la mejora de su oferta. Para ello, se ha dotado del Plan de Excelencia Turística, una herramienta que debe situar de nuevo a esta población costera entre los principales destinos turísticos de la zona. La primera parte del plan se concretó ayer, con el derribo de dos viejos hoteles en el centro de la población. Los solares serán destinados a plazas públicas.
El plan de Calella está incluido en el programa Future de la Secretaría de Estado de Turismo y cuenta con una inversión inicial de 450 millones de pesetas que aportan, a partes iguales, el Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento. El proyecto permitirá a Calella situarse en una posición prioritaria para conseguir inversiones indirectas de las administraciones central y autonómica. Para el concejal de Turismo de Calella, Miquel Campoy, se trata "de un auténtico reto". "Debemos ser capaces de conseguir que Calella cambie de imagen en los próximos años", asegura. La primera fase de este ambicioso plan tiene un presupuesto de 175 millones de pesetas y consiste en esponjar el centro del municipio y acabar con la oferta hotelera marginal. En este contexto, ayer se produjo el acto formal de demolición de los hoteles Cala y Cisne, dos inmuebles con capacidad para 700 plazas que quedaron obsoletos y que están fuera de servicio desde hace varios años; su situación, en pleno casco urbano, hace que su reforma sea inviable. Los solares de los dos establecimientos serán destinados a zona verde y a plazas públicas. El consejero de Turismo, Antoni Subirà, afirmó que este tipo de actuaciones contribuirán, "sin duda, a mejorar la calidad" de la oferta de Calella. Subirà recordó que, a lo largo de este año, se aplicarán planes similares en Lloret de Mar, Cambrils y Salou y, el año que viene, posiblemente en Roses. En estos momentos, se están ejecutando planes de excelencia en el Vall de Bohí y en el Baix Empordà, que suponen una inversión global de más de 3.000 millones de pesetas. En Calella, la segunda fase del plan de mejora turística, se pondrá en marcha el próximo mes de junio, cuando hayan concluido los trabajos de demolición de los hoteles Cala y Cisne. Esta fase contará con una inversión de 125 millones para urbanizar las futuras plazas públicas. Esta fase también prevé la realización de un proyecto para reordenar la fachada marítima, la rehabilitación de la zona conocida como Les Torretes, situada cerca del popular Faro de Calella, mejoras en parques y jardines y un programa de rehabilitación de fachadas. En el año 2000, se llevará a cabo la tercera y última fase del plan. Los objetivos de esta fase todavía no han sido concretados; pero se prevé la posibilidad de incluir diversas actuaciones con el fin de conectar el paseo marítimo con la playa a través de pasos subterráneos.
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