"Es imposible fiscalizar todos los organismos"

Ferran Termes sabe de asientos contables, cuentas de resultados y balances. Intendente mercantil y economista, fue miembro fundador, hace 30 años, de la primera empresa española de auditoría. En 1984 dejó el sector privado e ingresó en la Sindicatura de Cuentas, el órgano encargado de fiscalizar la cuentas de la Administración de la Generalitat y de los ayuntamientos. Desde 1991 está al frente de la Sindicatura de Cuentas. Pregunta. ¿Tiene suficientes medios la Sindicatura de Cuentas para cumplir su labor de fiscalizar todos los oganismos públicos en Cataluña? Respuesta. Eso es imposible. Sólo en la Administración local hay 930 municipios que tienen 611 organismos autónomos y 171 sociedades mercantiles y consorcios. Eso da unas 2.000 unidades de comprobación sólo en la Administración local. La Administración pública ha evolucionado mucho, pero ha de cambiar mucho más. Hay un problema básico que quiero señalar, y es que somos un país formalista sometido mentalmente al sistema francés, es decir, estamos sometidos a un sistema en el que los medios son más importantes que los fines, el cumplimiento de la norma es más importante que el resultado. En cambio, en las culturas nórdicas y anglosajonas la evaluación de resultados es una actividad básica. P. ¿Qué modelo propone para el control de la Administración local? R. El de los países que se anticipan. En países como Holanda, Suecia, Estados Unidos y Noruega existen empresas privadas que auditan a los ayuntamientos según unas normas de sector público comunes para todos ellos, y luego el órgano público responsable valida o no valida lo que han hecho estas empresas. P. ¿Como una auditoría? R. Como una auditoría, pero validado por el órgano de control externo. En Holanda, Suecia y Noruega hay empresas que se dedican sólo a hacer auditoría del sector público. Otro sistema es el del Reino Unido. La Audit Commision, que es el organismo que revisa las cuentas de todos los municipios, subcontrata entre entre un 30% y un 40% del trabajo y así supervisa cada año las cuentas de todos los ayuntamientos. El sistema británico es irrepetible porque, por ejemplo, la Audit Commision no tiene presupuesto: le pagan los ayuntamientos por su trabajo a un precio por hora que aprueba cada año el Gobierno. P. ¿Usted defiende este sistema para Cataluña? R. En el caso de los municipios defiendo un sistema en el que la fiscalización de las cuentas la hagan entidades privadas debidamente homologadas y con la validación posterior del órgano de control externo correspondiente. Es la única posibilidad de controlar anualmente los 9.000 municipios españoles. P. Y la Sindicatura de Cuentas ¿qué medios tiene? R. Pues poco personal. Tenemos 33 técnicos auditores. P. Hay organismos que nunca han sido fiscalizados por la sindicatura en casi 20 años de vida y algunos de los auditados repiten cada año los mismos errores o no hacen caso de las advertencias. R. Y no se revisarán nunca por imposibilidad material. Sobre la repetición de errores, las cosas van a cambiar. Hay una resolución del Parlament de octubre del año pasado que insta al Gobierno de la Generalitat a seguir las recomendaciones de la Sindicatura de Cuentas sobre sus cuentas y a informar al Parlamento de sus resultados en el plazo de un año. Respecto a los ayuntamientos, tengo que decir que recibimos las cuentas de todos y tenemos un sistema informático bastante sofisticado que automáticamente hace el cuadre y la conciliación de las cuentas y detecta los descuadres. Nosotros pedimos explicaciones sobre estos descuadres. Pero entrar a fondo en las cuentas de todos y cada uno de los ayuntamientos es imposible. P. Tras la resolución a la que aludía, ¿dejarán de repetirse los mismos fallos o vicios en las cuentas de algunos organismos? R. La resolución del Parlament es vinculante. No deben repetirse. P. Las cuentas de la Generalitat ofrecen cada año grandes diferencias entre el presupuesto que aprueba el Parlament y el presupuesto final de liquidación. ¿La sindicatura puede hacer algo para evitarlo? R. Cuando pasa eso nosotros lo decimos, pero es el Parlamento el que tiene la decisión final. Políticamente, le corresponde al Parlament señalar estas diferencias, pero quiero significarle que jamás un presupuesto ha tenido una liquidación perfecta. P. ¿Qué criterio sigue la sindicatura para elegir los organismos que fiscaliza cada año? R. Revisamos las cuentas de la Generalitat y de sus organismos autónomos anualmente conforme nos obliga la ley. El resto lo hacemos por muestreo o atendiendo a un mandato del Parlament. Ahora bien, vemos los balances de todos y hacemos un agregado de entidades autónomas y sociedades públicas, pero una fiscalización profunda es imposible. P. ¿Qué pasa con los fondos para formación ocupacional? R. Por cuestión de discreción, no puedo entrar a comentar cuestiones concretas, pero puedo decir que desde hace poco tiempo estamos investigando los fondos ocupacionales, porque se deriva de una resolución que adoptó el Parlament. Revisaremos los fondos para formación que manejan todos los organismos a partir de los que reciben de la Comunidad Europea. P. ¿Cómo se aprueban los informes de la sindicatura? R. Son aprobados por los siete síndicos constituidos en pleno. Podría darse el caso de que se aprobaran con reparos o con un voto particular de algunos de los síndicos, pero no ha ocurrido nunca. Siempre hemos aprobado los informes por unanimidad.