Una guerra sin salida
Occidente nunca ha entendido demasiado a los Balcanes, como ha podido comprobarse más de una vez. Y ahora los estadounidenses, por lo común ligeros de gatillo, han querido demostrar que son gente capaz de negociar hasta que no quede nada que negociar. (...) El resultado ha hecho inútil todo el arte negociador. En este caso, EE UU ha vuelto a cometer el error de equiparar a Milosevic con Husein. (. . .) Las experiencias de EE UU con el nada recomendable Husein, con el que empezaron una guerra devastadora que dura hasta hoy, deberían haberles servido de advertencia. Ahora como entonces este dictador sigue vivo y rige a su capricho a la sufriente población de Irak.
A diferencia del bárbaro iraquí, el serbio Milosevic representa a un pueblo centenario y oprimido del que surgió una nación. (...) Los serbios nunca han sido democráticos, ¿cómo iban a serlo ahora? Sus parlamentos siempre han sido una tramoya. Su orgullo y su capacidad de sufrimiento les permiten soportar a un Milosevic, cuyas inhumanidades no aprueban.
Todo esto permite suponer que la guerra tutelada por EE UU va a perderse de todas formas, aunque la rugiente potencia mundial se vea, claro está, segura del éxito militar. (...) Muerto, Milosevic sería más fuerte que vivo. Intentar acabar con él a supondría convertir el país en un montón de ruinas en el que albaneses y serbios dejarán de saber quién se la juega a quién. Las eventuales tropas de ocupación, tiroteadas por ambos bandos, podrían prepararse para una larga estancia. (...)
, 29 de marzo
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