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La enseñanza infantil, en pañales

Los problemas con la higiene de los pequeños desata la polémica entre padres, educadores y políticos

¿Quién se encarga de cambiarle el pañal a un niño en un colegio? La pregunta parece elemental, pero nadie ha sido capaz de encontrar la respuesta más adecuada. La diputada socialista Carmen Ferrero propuso el miércoles pasado que los educadores se encargaran de la higiene de los alumnos. Desde entonces, padres, profesores y políticos discuten y asumen que la polémica deja al descubierto el flanco más débil de la educación infantil entre los tres y seis años en los centros públicos, una edad en la que, de cuando en cuando, los menores aún pueden hacerse sus necesidades encima.Cuando un niño sufre este inconveniente en un centro público, su educador tira de teléfono familiar y da cuenta a los padres o abuelos de lo sucedido. El niño debe aguantarse con el pañal manchado, o con la ropa empapada, hasta que alguien de su casa se acerca al colegio.

Ante este panorama, la diputada socialista y directora de escuela infantil Carmen Ferrero reclama una norma o reglamento que obligue a los docentes a colaborar en la higiene personal de los pequeños. "La etapa entre cero y seis años no es obligatoria, pero sí educativa. Por tanto, todo lo que se hace con el niño forma parte de su educación", razonó, aun a sabiendas de que sus palabras no sentarían bien entre los aludidos. Acertó de pleno.

Malestar

Desde que se conoció la propuesta socialista, trabajadores y representantes sindicales no han dejado de expresar su malestar. El secretario de enseñanza de UGT, Juan Antonio Canales, acusa a la diputada de "abrir un falso debate con esa disyuntiva de pañales sí, pañales no". "Las deficiencias", sostiene Canales, "se hallan en las infraestructuras, en el personal auxiliar con titulación adecuada, en el profesorado de apoyo o especializado en áreas de psicomotricidad, logopedia, educación musical o idiomas".El asunto ha agitado los debates en los centros. "Hemos invertido más de una hora en comentar y analizar la propuesta", admitía una profesora del colegio Herrera Oria, en Fuencarral. "A medida que seguíamos charlando, más crecía nuestra indignación", señala. "¿Pretende la diputada socialista que toda la clase se quede sin profesor mientras nos vamos con un crío al lavabo para limpiarle?", se preguntó.

La presidenta de la Federación de Padres de Alumnos Giner de los Ríos, Eulalia Vaquero, apoya a la parlamentaria y critica a los educadores. "No sé por qué se piensan los profesores que colaborar en la higiene de los niños es una función que les rebaja. Yo creo que tiene una cierta lógica. Y si no son los profesores, debe haber cuidadores de apoyo en todos los centros", razonó.

"Cuando la Administración ofrece un servicio para niños de esa edad, debe hacerlo con todas las consecuencias", alertó Vaquero. Y exclamó: "En este tipo de cosas es donde el ministerio tenía que involucrarse de una puñetera vez, en lugar de preocuparse tanto por ofrecerle conciertos a la escuela privada...".

José Antonio Palacios, director provincial de Educación hasta el 1 de julio, reconoce que el problema es "habitual y serio", aunque ni la Administración ni las demás partes "han reflexionado aún en profundidad sobre las soluciones". A título personal, Palacios encuentra "dudoso que se pueda obligar a un maestro a limpiarle el trasero a una criatura", y sugirió una vuelta al sistema de aquellas "escuelas maternales" que atendían, durante el franquismo, a los niños de dos a tres años. "Allí había profesoras por un lado y encargadas de la higiene por otro. A lo mejor había que ir pensando en establecer un sistema parecido".

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