El que menos tiene que decir

JAVIER PÉREZ ROYO"Siempre el que menos tiene que decir es el que más dice". Así rezaba el estribillo de una de las canciones más conocidas de La Lupe. Y es lo primero que se me vino a la cabeza tras leer en la prensa de ayer las declaraciones de Javier Arenas sobre la posible anticipación o no de las elecciones autonómicas en Andalucía. Javier Arenas ha dejado de ser presidente del PP regional y no va a ser candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía. Ha optado por "huir" del sistema político andaluz antes que correr el riesgo de tener que enfrentarse por tercera vez a Manuel Chaves. Está en su derecho. Es comprensible que haya llegado a la conclusión que su techo lo alcanzó en las elecciones autonómicas de 1994, que se celebraron inmediatamente después de la fuga de Luis Roldán y, en consecuencia, en las condiciones más desfavorables para el partido socialista. Si en circunstancias tan favorables para el PP como las que se dieron en esa convocatoria -no debe olvidarse que en las elecciones europeas con las que coincidieron las autonómicas el PP obtuvo la máxima ventaja que nunca ha obtenido sobre el PSOE- y como las que se volvieron a dar en las elecciones de 1996, Javier Arenas no fue capaz de derrotar a Manuel Chaves, es comprensible que tenga miedo a volver a enfrentarse con él. Todo esto es comprensible. Lo que ya no lo es, es que quien huye del sistema político andaluz pretenda intervenir en un asunto exclusivamente interno de dicho sistema. Javier Arenas no tiene absolutamente nada que decir sobre un tema como éste. ¿Se le habría ocurrido decir algo sobre el momento en que debería convocar las elecciones autonómicas el presidente de la Generalitat de Cataluña? Pues la misma legitimidad que tiene para hablar de las elecciones en Cataluña es la que tiene para hablar de las elecciones en Andalucía. Las cuestiones exclusivamente internas de los sistemas políticos autonómicos tienen que ser debatidas por quienes van a competir en el interior de dichos sistemas y no por quienes han decidido excluirse de la competición. No acabo de entender, además, qué es lo que persigue el PP con esta estrategia. Desde que empezó esta legislatura el PP ha renunciado a hacer oposición en Andalucía y se ha limitado a enviar a los ministros los fines de semana con la finalidad de bombardear a los andaluces con noticias negativas sobre el presidente de la Junta de Andalucía y su gestión. Cuando nos acercamos al final de la legislatura y se aproximan las elecciones parece que pretenden seguir con esa misma estrategia. Y además utilizando como ariete a quien no va a ser cabeza de lista en las próximas elecciones. ¿De verdad creen que con esa estrategia exclusivamente negativa y "exterior" se puede convencer a los ciudadanos andaluces que confíen en el PP como alternativa de gobierno en Andalucía? Creo que el PP en general y Javier Arenas en particular harían bien en escuchar las canciones de La Lupe.