El Gobierno británico impide a Murdoch comprar el Manchester

El ministro británico de Comercio e Industria, Stephen Byers, recurrió ayer al "interés público" para justificar el veto gubernamental a la operación de compra del Manchester United por la compañía de televisión satélite BSkyB. La decisión bloquea la oferta de 637 millones de libras (unos 155.000 millones de pesetas) que Rupert Murdoch, propietario de BSkyB, hizo al equipo del Old Trafford el pasado octubre. Desde entonces, asociaciones de hinchas, diputados y autoridades en materia de televisión protagonizan una intensa campaña en contra de la operación.

"Es un gran día para los aficionados al fútbol y para todos los que luchan por la independencia de los clubs", señaló ayer Andy Walsh, presidente de la Federación de Hinchas. La oferta, aceptada en un principio por la directiva del club, abría una vía hacia la expansión en el control de BskyB del fútbol inglés. La compañía de televisión detenta en exclusiva la retransmisión en directo de los encuentros de la primera liga desde 1992.Esta situación de control fue determinante en el informe final de la Comisión de Monopolios y Fusiones sobre el que se basa la decisión de Byers: "la propiedad (del Manchester) colocaría a BSkyB en una situación de ventaja respecto a otras compañias de televisión", señaló. Las garantías ofrecidas por el operador por satélite sobre la no interferencia entre las decisiones de la junta directiva de BSkyB y las reuniones del Manchester no convencieron al ministro. Con la fusión de ambas empresas, alegó, "se realzan las posibilidades de ganar los derechos de retransmisión en el futuro". Junto a las justificaciones antimonopolistas, el ejecutivo laborista centró su veto en el interés del público y del fútbol en particular.

De acuerdo a Byers, la compra del club más rico del Reino Unido por un poderoso grupo de comunicación acentuaría "Las crecientes desigualdades" con los equipos "pequeños y pobres". De igual forma, la fusión realzaría la influencia de BSkyB en la Primera Liga con el riesgo, defendió ayer, que "algunas decisiones relacionadas con la organización del fútbol no reflejarían el interés del deporte a largo plazo".

El bloqueo va en contra de la trayectoria en el resto de los países europeos donde los grupos de comunicación tienen equipos de fútbol entre sus intereses. Este es el caso de Canal Plus, propietario del París St. Germain, o, entre otros, del Milán que está bajo la órbita del magnate Silvio Berlusconi. "Es una mala decisión para los clubs británicos que tendrán que competir en Europa frente a clubs respaldados por prósperas compañías de comunicación", portestó ayer Mark Booth, director ejecutivo de Bsky. La intervención del ejecutivo laborista deja en suspense el futuro de la oferta provisional de la compañía de cable, NTL, por el Newcastle United, estimada el pasado noviembre en unos 160 millones de libras. "Se sienta un precedente desafortunado para el resto de otros clubs y empresas británicas que podrían querer trabajar juntos para mejorar e invertir en el futuro del futbol", señaló el responsable de BSkyB. Los aficionados alegan, por su parte, que la inversión en nuevos jugadores o en el propio club del Manchester no se incluía en los planes de la compañía de televisión.

Las acciones del club en la Bolsa londiense bajaron casi un 15% al conocerse la noticia. El club ha bajado su valor en unos 20.000 millones de pesetas.