Uso de bombas de fragmentación

Los tanques y la artillería serbia que el miércoles fueron atacados en Kosovo por cazas Harrier británicos sufrieron las terribles consecuencias de un tipo de bomba nunca antes utilizado en este conflicto. Y pocas veces en otras guerras, dada la polémica que les acompaña: se trata de las bombas de fragmentación.La característica más siniestra de estas bombas -cuya utilización ha sido confirmada por el Ministerio de Defensa británico- consiste en que resultan mortales incluso cuando fallan. El funcionamiento es simple: cada artefacto, que pesa alrededor de 300 kilogramos, se abre en dos en pleno vuelo, poco después de su lanzamiento, y libera un mortífero enjambre de pequeños explosivos, del tamaño de una naranja, que aseguran una elevada mortandad allá donde caigan.

Y eso no es todo. Entre un 5% y un 30% de los aproximadamente 150 explosivos que libera cada bomba falla y no llega a explotar. Pero no se pierden: se quedan sobre el terreno a la espera de que alguien, hombre o vehículo, los pise.

La utilización de las bombas de fragmentación se convierte así en un método alternativo al de sembrar minas, con resultados similares, y sin incurrir en la polémica que ha llevado a la prohibición mundial de estos últimos artefactos.