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Geli acusa al consejero de actuar como un alcalde frustrado

Enric Company

"Usted tiene el síndrome del alcalde frustrado", le dijo la diputada socialista Marina Geli al consejero Antoni Comas en una de las réplicas del debate parlamentario sobre la política de bienestar social. En otro momento de su intervención, Geli afirmó que el país no puede seguir con un consejero de Bienestar Social "que mira a los ayuntamientos como si fueran su oposición". Comas dio argumentos para que se le formularan este tipo de recriminaciones. Acudió al debate pertrechado con numerosos ejemplos tomados de la actuación de ayuntamientos gobernados por el PSC e IC-Verds, escogidos para pillar en contradicción a la izquierda en sus ataques. Hasta tal extremo que Geli le pudo decir: "Usted hoy se ha convertido en mi oposición". Lo que la diputada le pedía era una política que, en vez de enfrentarse a los ayuntamientos gobernados por la izquierda, "lidere la política social, que es la política de proximidad, desde la colaboración". Prepotencia y deslealtad Este enfrentamiento se repitió, también en tono áspero, con Imma Mayol, de Iniciativa per Catalunya-Verds. En este caso, con la particularidad de que ésta pertenece al mismo partido que Lali Vintró, la teniente de alcalde de Barcelona que se ocupa de los servicios sociales en el Ayuntamiento de la capital catalana. Basándose en el conocimiento directo que proporciona este hecho y el de estar en el gobierno de otros ayuntamientos importantes, Mayol acusó a Comas de actuar con "prepotencia, desprecio y falta de lealtad" hacia los poderes locales durante los 11 años que lleva como consejero de Bienestar Social. La diputada ecosocialista dijo, además, que Comas, y en general CiU, "hace un discurso elogiando la capacidad de la sociedad civil, pero no lo practica", porque la realidad de su gestión de gobierno, argumentó, "se basa en la arbitrariedad, el chantaje, la tiranía y el monopolio administrativo". Esto concordaba con lo que Geli había dicho al definir el modelo de relación con las entidades cívicas y vecinales implantado por Comas. "Generan miedo e inseguridad en las entidades", dijo, "porque las hacen depender de subvenciones que se entregan con criterios no reglados, discrecionalmente". Comas negó esas acusaciones y su argumento, repetido una y otra vez, fue acusar a sus detractoras de mentir, desconocer la realidad y estar mal informadas. Sin embargo, se mostró prudente y más cauto cuando Dolors Montserrat, del PP; Joan Ridao, de ERC, y Xavier Bosch, del PI, le formularon las mismas acusaciones.

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