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Junta y sector de la pasa se unen para evitar la pérdida de ayudas europeas

Unos 2.500 agricultores malagueños viven de la pasa, un cultivo que la Junta considera de interés social porque se explota en terrenos que no pueden dedicarse a otras producciones y que es el pilar de la economía de un puñado de pueblos de la comarca de la Axarquía. La amenaza de que la reforma del reglamento de ayudas europeas suponga un recorte de las subvenciones ha llevado a la Consejería de Agricultura y los productores a hacer frente común para evitar la pérdida de financiación.

La unidad quedó plasmada en un convenio firmado ayer por el consejero, Paulino Plata, con todas las organizaciones agrarias. La Unión Europea pretende elevar de 520 a 700 los kilos de producción mínima por hectárea para conceder ayudas, un cambio que excluiría de un plumazo a los productores malagueños, cuya media es de 580 kilos por hectárea. Las subvenciones no son nada desdeñables si se tiene en cuenta que la campaña pasada el sector facturó 1.000 millones de pesetas y recibió ayudas por un total de 461 millones. El convenio, que será elevado al Ministerio de Agricultura para que lo defienda ante Bruselas, contiene tres reivindicaciones: que el umbral mínimo de producción para acceder a las subvenciones se mantenga en los 520 kilos por hectárea actuales, que se incrementen las ayudas a los agricultores españoles para que al menos perciban el 75% de la media comunitaria y que se establezcan unos requisitos de calidad en toda la Unión Europea que frenen la competencia de terceros países. "Hemos negociado una posición común para una mejor defensa de nuestros intereses. Confiamos en que el Ministerio mantendrá una actitud positiva que se reflejará en el reglamento", apuntó Plata. Discriminación Estas peticiones no son gratuitas. Mientras los productores españoles perciben ayudas de 148.000 pesetas por hectárea, las explotaciones griegas reciben el triple. Así, las fincas dedicadas a las sultaninas cobran 553.000 pesetas por hectárea y las de pasas de Corinto 518.000. No es lo único que preocupa a los agricultores. A partir de la próxima campaña, el sector se liberalizará lo que permitirá la entrada de pasas de todo el mundo sin ninguna barrera arancelaria. "La única salida frente a esta competencia es proteger nuestra producción mediante la calidad", apuntó Plata. En territorio europeo la pasa sólo se produce en dos países: Grecia -que dedica 50.000 hectáreas a este cultivo- y España -que apenas tiene unas 3.000 hectáreas, concentradas casi en su totalidad en la comarca malagueña de la Axarquía. La campaña pasada estas explotaciones produjeron alrededor de 1.600 toneladas. Para la consejería, la calidad es la única forma de ganar competitividad y garantizar cuotas de mercado. Por ello, ha dictado una orden que prevé ayudas anuales de 500 millones de pesetas durante los próximos cinco años para fomentar la labranza manual de los campos y la progresiva eliminación del los herbicidas. Las subvenciones -financiadas en un 75% por la Unión Europea y el resto por la Junta- van desde las 100.000 pesetas por hectárea al año hasta un máximo de un millón de pesetas por agricultor. La consejería y el sector coinciden en que la mejora de la calidad del producto permitirá obtener más ayudas comunitarias y al mismo tiempo frenar la competencia de la pasa importada, procedente especialmente de Argentina.

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