El decálogo del aspirante socialista
Antoni Asunción ha logrado finalmente el objetivo que no alcanzó cuando en la primavera del pasado año decidió presentarse a las elecciones primarias convocadas por el PSPV para elegir a su candidato a presidente de la Generalitat. En la votación del 27 de junio el exministro del Interior consiguió el 33% de los votos, frente al 35% de Joan Romero y el 32% de Clementina Ródenas. Apenas 200 votos le separaron de la victoria. Asunción había concurrido "entusiasmado" a las primarias con un decálogo de propuestas electorales que pondría en marcha en caso de alcanzar el objetivo último, que es ganar las elecciones autonómicas del próximo 13 de junio. Se declaraba "dispuesto a todo" y proponía, como cuestiones prioritarias, la creación de empleo -para conseguirlo apostaba por la industria verde y se declaraba dispuesto a "asumir sin titubeos" la reducción de jornada-, junto al aumento de inversiones en la sanidad y la educación públicas y una apuesta por el fomento de la exportación, especialmente en el sector agrícola. En el terreno administrativo, Asunción propugnaba una modificación de la ley electoral para "comarcalizar" las circunscripciones y permitir la elección directa de los alcaldes, y la desaparición de las diputaciones, además de un estatuto especial para la ciudad de Valencia. También proponía una ley de inversiones públicas para evitar que ayuntamientos gobernados por un partido puedan ser objeto de discriminación por un Consell en manos de una formación de signo distinto. En el terreno partidario, Asunción propuso "sumar esfuerzos", habló de recuperar el "orgullo" de ser socialista y aspiraba a coordinar el programa electoral del PSPV si ganaba las primarias. No las ganó y ahora tampoco tendrá mucho tiempo para llevar a cabo esto último. Antoni Asunción, de 47 años, nació en Mislata, donde inició su carrera política al ser elegido alcalde por el PSPV -partido al que se había afiliado en 1977- en las primeras elecciones democráticas, en 1979. Entre 1981 y 1988 fue presidente de la Diputación de Valencia, que dejó al ser nombrado director general de Instituciones Penitenciarias. A finales de 1993 fue nombrado ministro del Interior. Duró, apenas cinco meses. En la primavera de 1994 se vio forzado a dimitir tras la fuga de Luis Roldán. Asunción desapareció de la escena política para dedicarse a sus negocios, pero regresó para apoyar a Joan Romero como nuevo secretario general en el congreso del PSPV de julio de 1997.
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