Arzalluz dice que mientras el PNV pone la "pista de aterrizaje" a HB, otros sólo detienen 'comandos'

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, le dio ayer la razón en territorio guipuzcoano a su máximo oponente político, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. Pero esa supuesta concesión fue sólo un paso atrás para tomar impulso y subrayar el "inmovilismo" del Ejecutivo central. "Pues claro que hemos perdido la centralidad", contestó a Mayor, pero para abrir la puerta al hijo pródigo, vino a decir. Admitió que su partido ha puesto la "pista de aterrizaje" a HB porque está bajando del monte, frente a los que sólo se dedican a "detener comandos" de ETA, algo que "no ayuda en nada a la pacificación".

Xabier Arzalluz aseguró ayer en Zestoa (Guipúzcoa) que el Gobierno de José María Aznar está anclado en el "inmovilismo", preso del miedo a que un movimiento favorable a consolidar el incipiente proceso de paz en Euskadi pueda suponerle un coste electoral en junio y en las próximas elecciones generales. "Están en plena carrera pare ver quién españolea más", manifestó, en alusión a socialistas y populares.Frente a la actitud de convidado de piedra de Aznar, el líder del PNV aseguró tras inaugurar una sede del partido en Zestoa, que ETA y HB "se están moviendo" y que "probablemente ya se han puesto al teléfono" de La Moncloa. Fuentes de la dirección peneuvista conocedoras del proceso interno de contactos entre el MLNV y el Gobierno señalaron a este periódico que este mundo "ha enviado mensajes al Gobierno de Aznar, pero que no hay nada serio en marcha aún".

"No hay todavía paz, es un proceso de paz", especificó Arzalluz. Animó al Gobierno a no escudarse en la violencia callejera para no mover ficha y retó al bloque constitucionalista a hacer números en materia de sabotajes. "El PNV en total ha tenido más ataques, agresiones, incendios, amenazas que el PP y el PSOE juntos", aseguró. La estadística aguanta sólo en 1996 y referida a sedes de partidos. Ese año, según datos de Interior vasco, se produjeron 50 sabotajes contra batzokis, por 26 del PSE-EE y 8 del PP. Ese año la violencia callejera se cebó en 8 sedes de EA y 4 de IU. Arzalluz reiteró que su formación "siempre ha condenado los atentados" y arremetió contra los que utilizan dicha violencia al afirmar que Jarrai [juventudes de la Koordinadora Abertzale Socialista] sólo sabe hablar de la kale borroka, con lo que "hacen el juego a Mayor Oreja" y, además, hacen "el ridículo", cuando en la vida y la política "se pueden hacer muchas cosas, pero no el ridículo". En el mismo acto, el portavoz de la dirección peneuvista, Joseba Egibar, aseguró en euskera que su partido "no quiere dar ni un paso" para avanzar hacia la libertad del pueblo vasco con esos métodos. "Sobra el código de la violencia, la razón no vendrá de los cócteles, las amenazas ni las coacciones", reiteró. A quien esté dispuesto a escuchar, Egibar dijo que "si quieren contar con este partido, las herramientas tiene que ser limpias".

El propio lehendakari, Juan José Ibarretxe, en una entrevista publicada ayer por el Diario de Álava, reiteró que "no pueden defenderse derechos intimidando y atacando a las personas". Ibarretxe abrirá el próximo 12 de abril con los partidos la segunda ronda para poner en marcha una mesa de paz sin exclusiones.

Arzalluz le advirtió al Gobierno que antes o después tendrán que decidirse a "abrir el melón " y que si siguen por la vía del inmovilismo encararán este problema "tarde y mal", auguró. El líder del PNV reiteró que la campaña mediática, de los partidos constitucionalistas y los "insultos de Piqué" tienen como objetivo descabalgar al PNV del Acuerdo de Estella: "Quieren romper Lizarra a toda costa", dijo ante un nutrido grupo de militantes de las juventudes del partido, EGI, que celebraron el día de su organización bajo el lema: Un pueblo, un futuro. En torno a otro de los frentes que tiene abierto el PNV, la cesión de la Cámara vasca para la Asamblea kurda en el exilio, Arzalluz dijo que "no nos vamos a doblegar" porque nosotros "somos carne de exilio".