Atacadas las casas de dos militantes del PSE y UPN cuando sus familias dormían

Apenas 15 horas después de que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, asegurase que en HB ya "está tomada" la decisión de parar la violencia callejera, los proetarras cuestionaban sus palabras con una nueva madrugada de cócteles mólotov. El objetivo del terror fueron de nuevo las viviendas de militantes de partidos no nacionalistas: el secretario de Organización de la agrupación socialista de Andoain (Guipúzcoa), cuyo coche fue también quemado, y uno de los cinco concejales de UPN en la localidad navarra de Villava. Los ataques, que sólo causaron daños materiales, se produjeron a la misma hora, las cinco de la madrugada, cuando ambos descansaban en sus domicilios con sus familias.

A medida que se aproxima la fecha de las elecciones locales del 13 de junio crecen las acciones de amedrentamiento del entorno de ETA contra los cargos públicos y militantes de los partidos que no han firmado el Acuerdo de Lizarra. Desde que la organización terrorista declaró su tregua indefinida el pasado 16 de septiembre y hasta el pasado 16 de marzo, los radicales han cometido 220 actos violentos (más de uno al día de media), buena parte de ellos contra las viviendas o intereses personales de cargos públicos populares y socialistas o las sedes de estos partidos, según las últimas estadísticas globales facilitadas por el Ministerio del Interior.El Departamento del Interior del Gobierno vasco cifra en 176 el número de sabotajes que cataloga de "gravedad" registrados en el primer semestre de tregua. Además de los dos de ayer, en los últimos 12 días, y teniendo en cuenta sólo los incidentes contra políticos, los proetarras han atentado contra concejales del PSE de Bilbao (su candidato a la alcaldía, Dimas Sañudo), Durango y Mondragón y sedes socialistas de Ortuella y Burlada, y contra cargos o militantes del PP en Azkoitia, Abadiño y Bilbao. El único edil del PSE en Ordizia, atacado dos veces este año, ha presentado su dimisión.

El de la madrugada de ayer fue el segundo atentado contra un militante del PSE en poco más de 24 horas, tras el registrado en la también localidad guipuzcoana de Mondragón. Estanislao Amuchástegui, de 47 años, descansaba en su casa en la calle Zuberoa de Andoain cuando él y su esposa se despertaron "sobresaltados", poco después de las cinco de la mañana, al ver una "fuerte llamarada" en el balcón de la vivienda. Por ello despertaron a sus dos hijas, de 25 y 18 años, y todos juntos salieron de la casa.

También el coche

Los radicales lanzaron cuatro cócteles mólotov contra la vivienda, tres de los cuales ardieron dentro del balcón y otro impactó contra la fachada. Después los proetarras la emprendieron con el turismo del militante socialista, un Renault 21 matriculado en San Sebastián, que estaba aparcado frente a la vivienda. Rompieron su luna y lanzaron al interior otros dos artefactos incendiarios que destrozaron el coche. Amuchástegui, quien volverá a presentarse en las listas del PSE en las municipales de junio, aunque no en los primeros puestos, señaló ayer que éste no es el primer ataque que sufre contra sus bienes. "Hace dos años le quemaron el coche a mi vecino porque tiene también un Renault 21 y al día siguiente reivindicaron este ataque y dijeron que se habían equivocado y que iba dirigido contra un destacado dirigente del partido socialista", según precisó ayer.Varios miembros de la ejecutiva socialista guipuzcoana, entre ellos su secretario general, Manuel Huertas, visitaron a su compañero en la mañana de ayer para expresarle su solidaridad. Los socialistas gobiernan Andoain, donde tienen cuatro concejales, en coalición con el PNV y Eusko Alkartasuna.

El otro ataque de la pasada madrugada se produjo en la localidad navarra de Villaba, próxima a Pamplona, donde, sobre las cinco de la mañana, los radicales lanzaron cuatro artefactos incendiarios contra el piso de José Luis Ruiz Ruiz, uno de los cinco concejales de UPN-PP. Uno de los cuatro cócteles rompió la persiana y el cristal de la ventana del salón de la casa y penetró en el interior, pero no llegó a explotar. Otro de los artefactos alcanzó la terraza, un tercero rebotó en la pared y cayó a la calle y el cuarto, que también chocó contra la fachada, rompió la luna de un vehículo estacionado junto a la casa, en la calle Joaquín Puy. Ninguno de los cócteles mólotov ardió, por lo que los daños en el domicilio del edil fueron escasos. Ruiz se encontraba en la vivienda con su familia cuando se produjo la agresión. "Gracias a Dios que no han ardido, porque si lo hacen no sé lo que nos hubiera pasado. Igual nos asan", dijo el edil a Efe.

"Aguantaremos"

José Luis Ruiz agregó: "El susto ha sido terrible, pero aguantaremos". Para el concejal, el ataque no responde a ninguna circunstancia concreta: "Simplemente me ha tocado a mí, aunque nunca he recibido ninguna amenaza ni en los últimos días ha ocurrido nada especial en Villava". Para Ruiz, el objetivo de los sabotajes "es simplemente meternos miedo, pero no lo van a conseguir. Aquí seguiremos".El grupo municipal de UPN, que gobierna la localidad, y el comité local del partido indicaron ayer en un comunicado que el ataque no conseguirá amedrentarles. Los "jóvenes de la gasolina", añade el texto, "no van a conseguir sus objetivos". El Ayuntamiento de Villava ha convocado para esta tarde un pleno de protesta por el atentado.

En este clima, la ponencia sobre víctimas de la violencia de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco se reunirá el próximo miércoles por primera vez para elaborar su plan de trabajo de esta legislatura. La ponencia nació con el apoyo de los partidos de Lizarra (PNV, EA, HB e IU), mientras que socialistas, populares y Unida Alavesa reclamaban la creación de un órgano específico para los afectados por el terrorismo.