Los Quince adoptan unos presupuestos para hacer "menos Europa" en el siglo XXI

ENVIADO ESPECIALLos quince líderes de la Unión Europea (UE) proclamaban su compromiso de hacer "más Europa". El viernes, en la cumbre de Berlín, llegó la hora de comprobar si esa voluntad se traduce en cifras. El paquete presupuestario que aprobó de madrugada el Consejo Europeo para el primer septenio del siglo XXI demuestra que los líderes comunitarios se han inclinado por hacer "menos Europa". Los gastos para aplicar las políticas de la UE a quince no sólo se estabilizan respecto de los actuales (1999). Se reducen en un 8%.

El presupuesto revela las verdaderas opciones de los gobernantes, más allá de la retórica. Pues bien, el paquete presupuestario septenal aprobado por los Quince en Berlín exhibe un enfoque restrictivo -y no sólo "estabilizador"-, al reducir en términos absolutos la financiación global para las políticas comunitarias. Traduce así una decisión de ahondar menos la integración europea en el próximo septenio que en el que se acaba este año.Reducción ¿respecto a qué? Respecto a lo que hay hoy, es decir, respecto del presupuesto aprobado para el ejercicio de 1999, porque lo que debe compararse con el futuro no es la Europa de hace siete años, o de hace 14, sino la realmente existente ahora.

La reducción del gasto es absoluta en el conjunto de las cuatro grandes rúbricas, que supone más del 90% del presupuesto (véase gráfico): la política agrícola, la estructural o de cohesión interna, las llamadas políticas internas (formación, investigación) y las externas, o política exterior. Desciende de 91.235 millones de euros en 1999, a 83.591 en el año promedio del próximo septenio. La reducción es, pues, de un 8%.

De cada cien euros con que Bruselas aplica las políticas comunitarias para la actual UE, sólo le quedarán 92 euros en cada uno de los siete años próximos (como promedio, pues se prevén diferencias entre cada uno de los ejercicios del septenio).

Proceso de preadhesión

En una pequeña parte, esa reducción se compensa por un mayor gasto dedicado a financiar el proceso de preadhesión de los candidatos, algo conceptuable también como "más Europa". Pero aun así sigue existiendo reducción global, pues el conjunto de los créditos de compromiso (dinero cuyo desembolso está previsto) o cifra global del presupuesto desciende de los actuales 96.929 millones de euros a sólo 92.101 millones.Las tijeras se ceban en dos de las partidas que, se supone, eran prioritarias. Las ayudas estructurales pierden el 22%, 8.595 millones de euros (al pasar de 39.025 millones de euros a 30.430 millones). Dentro de ellas, el Fondo de Cohesión se reduce desde los 3.118 millones con que se ha dotado para 1999 a 2.571 millones el año promedio del próximo septenio, una reducción del 17,5%.

Es un duro revés para el sur de la UE. "España siempre ha defendido (...) que las cifras para el año 2000 deben ser las mismas que para el año 1999", reza el documento básico utilizado por el presidente del Gobierno, José María Aznar, en Berlín. "Es evidente que el Fondo de Cohesión se desarrolló gradualmente entre 1993, primer año de su vida (con una dotación de 1.500 millones de euros) y 1999 (con 2.600 millones de euros a precios de 1992, es decir, 3.000 millones de 1999). Por ello no es aceptable reducir las cifras de 1999, año en el que aún seguía creciendo el Fondo; (...) España tuvo buen cuidado en Edimburgo en exigir un crecimiento, incluso en 1999, respecto de 1998", concluía el texto.

Curva ascendente

Tras sufrir el drástico recorte, Aznar le quitó importancia. Alegó que la comparación debía hacerse con el periodo 1993-1999. España siempre lo había negado, pues en dicho periodo la curva de gastos empezó muy abajo y fue creciendo vertiginosamente. Esto es, el gasto medio del periodo anterior fue muy inferior al de su último año, 1999. Ahora, la curva será a la inversa, descendente: en el 2000 se gastarán 91.995 millones de euros, cantidad inferior a la de 1999 (96.929 millones), y que mermará aún más en el 2006 (90.260 millones), último año del septenio.El segundo tijeretazo lo padece la política exterior, que pasa de los actuales 5.908 millones de euros a 4.580 millones, y pierde casi una cuarta parte (el 22,4%) de los recursos con que cuenta hoy. Es una rebaja muy grave para una UE que pretende "hablar con una sola voz" ante el mundo.