El Gobierno asegura que "se alejan las condiciones necesarias para el proceso de paz"
El Gobierno vasco considera que las movilizaciones convocadas por los firmantes de Lizarra, el PNV, Eusko Alkartasuna (EA) y Euskal Herritarrok (EH), que incluyen el paro de una hora el 12 de abril, "son legítimas y respetables" y "no distorsionan el proceso de paz". Ello supone su clara permisividad y evidencia su delicada posición al estar integrado por los propios partidos convocantes. Por contra, el portavoz del Gobierno central, Josep Piqué, recalcó ayer que tales medidas son contraproducentes para la pacificación y que se corre el riesgo de que se produzca "una fractura social" entre los nacionalistas y los no nacionalistas.
Las movilizaciones convocadas por los partidos del Pacto de Lizarra (Estella) para el próximo 10 de abril y, especialmente, el paro de una hora fijado para el día 12 de ese mes han dejado "en evidencia" al Ejecutivo vasco, según las fuerzas de la oposición al Gobierno vasco.La intención perseguida con tales medidas, según sus promotores, es defender "el respeto a las decisiones de los vascos y la apuesta por las vías políticas y las democráticas frente a las policiales y las judiciales de marcado carácter político" que atribuyen a la Administración española y la francesa.
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, evitó ayer hacer declaraciones en el Parlamento de Vitoria pese a que la convocatoria ha generado evidente malestar en la patronal, los sindicatos no nacionalistas y el Gobierno central. Así, se remitió a las manifestaciones que su portavoz, Josu Jon Imaz, hará el martes de la semana que viene tras la reunión del consejo.
En cualquier caso, fuentes del Ejecutivo vasco indicaron ayer que la iniciativa de "los partidos" es "legítima y respetable". Aseguraron también que el Gobierno no se sumará a la convocatoria de paro, pero se mostraron respetuosas con las medidas adoptadas aun calificando de "lógicas" las reacciones en contra por parte de la patronal.
"Es legítimo y bueno que la sociedad esté atenta" en este momento, advirtieron igualmente , porque "las movilizaciones no distorsionan el proceso de paz".
"Riesgo de fractura social"
El ministro portavoz del Gobierno, Josep Piqué, dijo ayer que el manifiesto de Lizarra es contraproducente para el proceso de paz en Euskadi y que sus planteamientos políticos, así como la convocatoria de una hora de paro, "llevan el germen de la división" y "pueden generar riesgo de fractura social" entre los nacionalistas y los no nacionalistas.La importancia de su declaración es manifiesta al ser la primera vez, desde que el presidente, José María Aznar, se comprometió a abrir el diálogo con ETA y su entorno, que el Gobierno avisa de un retroceso en las expectativas suscitadas en torno a una solución del conflicto.
En concreto, Piqué argumentó, tras la reunión del Consejo de Ministros, que calificar de "múltiples agresiones al proceso de paz" las detenciones de dirigentes etarras por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado significan "alejarse enormemente de las condiciones necesarias para que se abra realmente el proceso de paz". También constató una "separación incluso en el lenguaje" y precisó que el del último manifiesto de Lizarra "parece el mismo redactor" que el del comunicado de ETA de abril de 1995, reivindicativo del atentado fallido contra Aznar en Madrid.
El portavoz, que respaldó la decisión de la patronal vasca Confebask de oponerse al paro, afirmó asimismo que el Gobierno "no va a seguir por ahí, no va a alimentar la dinámica frentista". Finalmente, pidió a los nacionalistas vascos que "hagan una reflexión".
"Estamos ante un Gobierno [por el vasco] vendido y sin opinión", declararon ayer, a su vez, fuentes de los populares y los socialistas vascos, que consideran "inaudito" que el Gabinete de Ibarretxe "no tenga voz" en un asunto como éste y deba esperar casi una semana para expresar su parecer al respecto.
Sin embargo, el portavoz del PNV, Joseba Egibar, justificó ayer las movilizaciones como "una inversión" para el proceso de paz. "Será una hora de paro cívico para redoblar esfuerzos y compromisos que consoliden ese proceso", matizó.
Mientras tanto, Arnaldo Otegi, dirigente de EH, emplazó a los empresarios a que elijan "entre economía o dignidad nacional".
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