Una antología revisa la biografía y la obra de Antonio Machado
A esa imagen de un Machado serio, decimonónico, un punto amargado y desaliñado (algo así como un santo laico), que se estudia en los libros, hay que añadirle otras facetas, como la de amante de la vida y seguidor de las corrientes modernistas de la época. Éste es el motivo que ha inspirado Donde las rocas sueñan. Antología Esencial (1903-1939), del Círculo de Lectores, una revisión de la vida y obra del poeta Antonio Machado (Sevilla, 1875-Colliure, 1939), editada por Joaquín Marco, catedrático de Literatura de la Universidad de Barcelona.Faltaba una lectura estética, que tuviera en cuenta la evolución de su obra, demasiado centrada en su etapa castellana, a juicio de Joaquín Marco. Sin embargo, tras su paso por Soria, le quedarían aún 20 años de producción. Y se descubre a un Machado atraído por la filosofía (próxima a Heidegger); que leyó -"y muy bien", dice Marco- a Kant y Hegel; innovador; que viaja y conoce, en París, a Paul Verlaine y que adquiere, en una poesía más intelectual que la de Campos de Castilla, alguno de los rasgos mecánicos de los jóvenes modernistas.
Otro de los tópicos que acompaña al autor de Soledades es presentarle como símbolo de la Castilla histórica, precisamente la Castilla dominante que él detestaba. Explica Marco que a los campesinos castellanos les presenta como hijos de Caín, movidos sólo por sus intereses; el campo castellano sólo le interesó estéticamente.
Antonio Machado ha sido el paradigma de hombre bueno. Y así fue; pero también hay aspectos oscuros en su currículo, según Marco. Como su relación con Guiomar (en realidad llamada Pilar de Valderrama, casada y con varios hijos). "Ella siempre dio una versión platónica de sus amores, pero es difícil mantener una relación tan íntima sin haber nada más", opina el catedrático.
Tras el exilio del poeta en Francia, en 1939, la operación que se siguió hacia él en España adquirió rasgos de cosmética política, según el catedrático. Y recuerda cómo Dionisio Ridruejo lo presenta en una edición de 1940 como un profesor despistado que murió en el exilio por una causa que no compartía del todo, "cuando en realidad se mantuvo fiel a la República".
Hay una anécdota poco conocida de Machado, su pertenencia a la masonería. El día que se casó con Leonor, de 15 años, a la salida de la iglesia un montón de gente comienza a gritarle "¡masón, masón!". "No se comprendía que fuera masón y se casara con Leonor, la hija de un guardia civil. A Machado no se le puede presentar al margen de su contexto familiar, una familia de intelectuales, artistas, y compleja", concluye Marco.
Babelia
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