¿Libre como el Sol?
Libre, como el Sol cuando amanece, yo soy libre. Poco libre debe de ser, ya que el Sol, pese a su indiscutible majestuosidad y adjudicada divinidad en algunas culturas, no puede ejercer libertad alguna (al menos no la ha ejercido hasta la fecha y recemos para que no lo haga), e inexorablemente está condenado a salir y a ponerse día tras día. Siempre quedaría la interpretación de que la libertad humana es más aparente que real, sujeta a las leyes físicas como cualquier otro objeto del universo. Siempre había sospechado que las letras de la música ligera, detrás de un deliberado aire de descuido, escondían reflexiones poderosas y fértiles.-
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