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Tarde de toros

Los matadores Joselito, Francisco Rivera y José Tomás participan en los cursos de invierno de Málaga

No se vistieron de luces para su paseíllo por Málaga. Los matadores Francisco Rivera Ordóñez, Joselito y José Tomás lucieron ayer traje de chaqueta y gomina para lidiar con los participantes del curso sobre capotes de paseo que organiza la universidad de esta ciudad. Los maestros tuvieron la suerte consigo: se enfrentaron con un público entregado que se deshizo en aplausos fáciles y comentarios a cada uno de sus lances. La experiencia vital de este cartel de lujo y la presencia de temas taurinos en la universidad centraron la tertulia de la tarde de toros. "Antes el conocimiento taurino se transmitía de padres a hijos, pero me parece que eso se ha perdido. Ir a la plaza apenas se puede con los precios tal y cómo están. ¿Qué puede aportar la universidad para que no se pierda la tradición?", preguntó un asistente. Los matadores entraron al trapo. "La universidad puede ayudar poco a crear aficionados porque el toreo no es una ciencia exacta. Es emoción y sentimiento", comentó Rivera, quien además de hablar de toros se dedicó a dibujar. "No se pueden enseñar: o se sienten o no se sienten", sentenció Joselito, quien propuso como alternativa que un día al año los escolares tuvieran la oportunidad de visitar un tentadero "para ver cómo se seleccionan las reses y cómo se reproducen". Antonio Díez de los Ríos, rector de la UMA -quien también hace las veces de presidente del jurado del galardón Capote de Paseo aunque lo haya "llevado con mucha discreción"- no vio claro el hueco de la lidia en esta institución. "¿Se imaginan que introdujésemos una asignatura como Teoría del Capote o Muleta I y II. No, la universidad no está hecha para este fin". Sin embargo quedó muy claro que la UMA "es pionera" en estos temas porque desde hace 12 años imparte un curso de tauromaquia para extranjeros. La Complutense de Madrid no se quiso quedar atrás. "Nosotros también somos pioneros porque hemos montado el primer curso para periodistas profesionales", dijo Olga Pérez Arroyo refiriéndose a un curso imparte la Fundación Joselito en esta universidad. "Todos somos pioneros, pero no podemos discutir si yo soy más pionero que tú, pero menos que mañana", manifestó el rector con todo el arte. Aplausos, asunto zanjado y cambio de tercio. Otro asistente inquirió por el buen torear. Minutos antes una espontánea de piel morena, pelo negro y rímel abundante en las pestañas había saltado al ruedo para, de frente, hacer una buena foto a los maestros. "Lo fundamental es hacer las cosas como a uno le salgan de dentro", aseguró José Tomás, el más parco en palabras de los tres. "Porque todo lo que es forzado no es estético". "El problema es que aún nos estamos rigiendo por tópicos de hace 80 años cuando el toreo ha cambiado", aseguró Joselito con mirada seductora. "Antes era la lucha del torero contra el toro, al que había que dominar, y matar. Hoy en día las faenas tienen que tener un matiz preciosista, con un tinte de pinturería, que sean de verdad". Rivera también hizo hincapié en la autenticidad. "El canon es mirar a un toro a la cara y ver qué te transmite, porque eso es lo que tú vas a poder trasmitir". Al público sólo le faltó soltar un olé. ¿Y el miedo?, inquirió Pacurrón, crítico taurino y moderador de la tarde. Hubo de todo. Desde el "no lo sé" de Rivera, hasta el sí rotundo de Joselito que habló de fusión. José Tomás, en cambio, se olvida de todo en el ruedo. La razón: "el miedo no te puede vencer".

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