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Una sonoridad brillante no del gusto de todos los oídos

La acústica, el aspecto de la sala, la comodidad de las butacas y la óptima visibilidad desde todos los ángulos fueron los temas de comentario de los invitados en la pausa y al finalizar el concierto. El aspecto de la sala, la comodidad de las butacasy la visibilidad obtenían la aprobación unánime del público. El tema de la acústica resultó más peliagudo. Algunos lo tenían claro, pero la mayoría se inquirían unos a otros en busca de respuestas que confirmarán la primera impresión. "Tiene una sonoridad muy brillante, un poco excesiva, creo, pero llevo muchos años escuchando a la OBC en el Palau de Música y necesito más de un día para acostumbrarme a la acústica del Auditorio. Sin embargo, ha habido un momento, al principio de la interpretación de la Fanfàrria de Guinjoan, que creía escuchar la obra en estereofonía", decía un veterano abonado de la orquesta barcelonesa sentado en el lateral derecho del escenario. En platea las opiniones divergían. "La orquesta se oye con mayor claridad ahora, la cuerda ha mejorado un 100%", decía una señora. "Sí, pero los metales la tapan demasiado", le replicaba su marido. "Debemos acostumbrarnos a la nueva acústica son demasiados años escuchando toda la música clásica en el Palau. Además, hay que probar diversas ubicaciones para poder emitir un juicio apropiado", manifestó cauto un programador de conciertos barcelonés. La teoría del órgano La brillantez del sonido apuntada por el abonado de la OBC fue refrendada por un profesor del Conservatorio Superior de Música de Barcelona, que apuntó que beneficiaba "mucho a la orquesta e iba en detrimentos del instrumento solista". "Los músicos deben acostumbrase a la nueva sala, pero en el concierto de Montsalvatge a Alicia de Larrocha apenas se la oía, porque la orquesta la tapaba demasiado aunque tocara piano". Un señor teorizó sobre este punto que la caja donde debe ubicarse el órgano, todavía por instalar en el fondo del escenario, "amortiguará en el futuro el rebote excesivo del sonido de los instrumentos de percusión y metal, que tapan en ciertos momentos a la cuerda y al solista". En el primer y segundo piso, las opiniones eran parecidas a la platea y los laterales del escenario. Una señora se quejó de "lo mal que se oyen las voces de los cantantes". "Es una acústica muy pensada para una orquesta sinfónica. Habrá que ver como suena con cantante acompañado solo por un piano, pero creo que los recitales de lied o líricos aquí no sonarán demasiado bien". El público sentado en las primeras filas de platea se mostró bastante insatisfecho. "No sé cómo sonará desde otro sitio, pero aquí el sonido llega poco conjuntado", decía un señor.

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