Las obras del metro obligan a desalojar tres viviendas en Pitis

En sólo un mes, los 12 habitantes de las viviendas de la estación de ferrocarril de Pitis tendrán que abandonar sus alojamientos, en los que viven desde hace 30 años. Con la llegada del metro y la construcción, en el futuro, de un aparcamiento, el edificio tendrá que ser demolido y las familias deberán irse a otra parte. La edificación es propiedad del patrimonio de Renfe.Según Luisa Doncell, una de las inquilinas, las casas se deterioraron cuando empezaron las obras de construcción de la estación de Pitis. "Desde que ellos llegaron, la vida aquí se ha convertido en una pesadilla. Hay días en que nos cortan el agua, se caen los cables del teléfono, nos quedamos sin luz y a mi marido hasta se le cayó un azulejo encima cuando se estaba duchando", cuenta. A sólo un paso del portal de su casa está situada la entrada de la futura estación de metro de Pitis. Allí mismo se construye un intercambiador de transportes.

Los 12 inquilinos atribuyen los problemas de sus viviendas a las obras del subterráneo, pero los dirigentes de la Consejería de Obras Públicas argumentan que las grietas estaban mucho antes de que se iniciara la construcción de la estación.

Aparcamiento en cinco años

La pasada semana, una reunión entre los técnicos de la Comunidad y de Renfe zanjó el asunto. La solución será la demolición del edificio y el traslado de los inquilinos. Renfe indemnizará a los vecinos y la Comunidad asumirá los gastos del derribo. En esa zona, según explicó Jesús Trabada, de la Dirección General de Infraestructuras, existe un proyecto estatal para construir dentro de cinco años un aparcamiento con capacidad para 1.000 coches.

"Nos echaron el muerto de las grietas a nosotros, pero el deterioro del edificio no era responsabilidad del Metro. Después de una reunión con Renfe llegamos a un acuerdo para que ellos desalojen a las familias y nosotros derribemos el edificio. Esto se hace porque hay un convenio mediante el cual Renfe cede el terreno y nosotros hacemos las obras", señaló Jesús Trabada.

Para los vecinos del edificio, sin embargo, la situación no es tan cómoda. "Nos han prometido 14 millones de indemnización y que busquemos otro sitio para vivir. Ahora tendremos que comenzar de nuevo, cuando ya habíamos hecho nuestra vida aquí. Como sólo somos tres familias, no tenemos más opción que aceptar, pero será muy difícil conseguir una buena casa con el dinero que nos va a dar Renfe", indicó Luisa Doncell.

Un portavoz de Renfe confirmó el ofrecimiento que se le ha hecho a los vecinos para que abandonen el inmueble. "Se está tratando de llegar a un buen acuerdo con ellos", explicó la fuente.

La demolición del edificio, según Trabada, se llevará a cabo en un mes, el tiempo exacto que tienen los vecinos para abandonar el lugar.