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Protesta de trabajadores del ambulatorio de Torremolinos por agresiones de pacientes

El único centro de salud que tiene Torremolinos (Málaga) vuelve a estar en la picota. Un año después de que la Unión de Consumidores elevara una queja a las autoridades sanitarias por la masificación del ambulatorio, los trabajadores han denunciado cinco agresiones de pacientes en apenas dos meses; incidentes que atribuyen a la "gran presión asistencial" provocada por la falta de personal. En los últimos tres días, los empleados han protagonizado concentraciones a las puertas del centro sanitario para exigir soluciones.

"La población no entiende las demoras que se producen en la resolución de sus demandas de asistencia y hace injustamente responsables de éstas a los trabajadores que les atienden, lo que origina agresiones verbales y últimamente cada vez con mayor frecuencia, agresiones físicas contra los profesionales sanitarios que desarrollan su labor en un continuo clima de inseguridad física". Así describe el Sindicato de Enfermería (Satse) el ambiente que se respira en el centro sanitario. Para la Delegación de Salud de Málaga, las agresiones son hechos aislados que no guardan relación con los problemas asistenciales del ambulatorio. "La situación no es angustiosa como para que genere una tensión que dé lugar a estos incidentes", apuntó el delegado, Jaime Alonso. En el centro de salud trabajan en total 54 profesionales que cada día atienden a cerca de 2.000 pacientes. El Satse reconoce que los agresores eran personas con "importante problemática social, familiar o mental" -un paciente con transtornos psiquiátricos, una madre con una hija de 14 años embarazada, un drogodependiente con el mono, un grupo de personas en estado de embriaguez y otro individuo que pedía jeringuillas- pero cree que el problema de fondo es que la administración sanitaria dimensiona la plantilla según una población censada de 27.500 vecinos, cuando los habitantes reales rondan los 50.000 y en verano se disparan hasta cerca de 200.000. La respuesta del Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha sido inmediata: contratar un pediatra y un enfermero más. Los trabajadores consideran insuficiente la medida. "Los usuarios están crispados porque es casi imposible obtener una cita telefónica, si vienen tienen que estar mucho tiempo en cola, cuando se les da cita es para tres o cuatro días después y cuando por fin se les atiende apenas disponemos de tres minutos", se queja un médico. El delegado prometió apoyo jurídico de la Consejería para los profesionales que hayan denunciado las agresiones ante un juzgado, pero rechazó que la plantilla se quede corta: "Estamos dentro de los límites normativos. Se puede mejorar, pero no es aceptable una plantilla inflada pensando en los meses de verano". La apertura del segundo centro de salud es la gran asignatura pendiente. El ayuntamiento de la localidad está construyendo el edificio con apoyo económico de la Diputación. Su inauguración se prevé para antes de las elecciones municipales. "Nosotros tenemos preparada la plantilla y se abrirá en cuanto las obras estén terminadas", aseguró Oliva. Para el personal del centro, la entrada en funcionamiento del segundo ambulatorio no cambiará las cosas si no va acompañada de un incremento de profesionales: "La apertura se va a realizar sin ningún aumento real de plantilla, mediante un simple reparto del personal existente en el centro actual. No existe voluntad de atajar el problema en su origen, que es la insatisfacción de los usuarios ante el desbordamiento de los profesionales por la insoportable presión asistencial". Para aliviar la lista de espera, que ha llegado a estar en una semana, desde hace cinco meses funcionan consultas extras. La Delegación adelantó que en los próximos días mantendrá un encuentro con representantes de los trabajadores para estudiar la situación.

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