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La población activa femenina creció en un 50% en los últimos diez años

En la última década se han creado 352.700 empleos en Andalucía, pero hay 110.900 parados más. La comunidad ha experimentado un fenómeno aparentemente contradictorio: se ha recuperado notablemente la actividad productiva, con el lógico aumento del empleo y un crecimiento económico por encima de la media nacional, pero las tasas de paro siguen altas. A esta paradoja intenta responder un estudio del Colegio de Economistas de Málaga presentado ayer. Las causas, siendo varias, parten de un hecho esencial: la población activa femenina en Andalucía se ha incrementado en un 50% en los últimos diez años. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en los que se basa el informe, mientras las mujeres alcanzaban este porcentaje, en estos mismos diez años el crecimiento de la población activa masculina apenas suponía el 7%. Este hecho ha provocado que el paro tenga sexo en Andalucía. El 59% de las mujeres está sin trabajo, cuando se ha producido un descenso del desempleo entre los hombres de un 10%. Desde 1986 y paulatinamente hasta 1998, en cada una de las provincias andaluzas se empezó a producir una circunstancia inédita hasta entonces. Las estadísticas de la EPA empezaron a advertir de que había más mujeres paradas que hombres. Junto a la fortísima incorporación de la mujer al mercado de trabajo, se ha producido además una pérdida sostenida de empleo agrario en Andalucía, tradicional refugio de actividades económicas femeninas. Además, la recuperación de la actividad económica en la región ha sido protagonizada por dos sectores, la industria y la construcción, que demandan mayoritariamente mano de obra masculina. El informe revela algunos datos para apoyar esta conclusión: entre 1988 y 1993 el balance de ocupados favorece a las mujeres, ya que se ganan 89.000 empleos femeninos y se destruyen 34.000 puestos de trabajo masculinos. En los años de repunte de la economía en la región, esencialmente los últimos cinco ejercicios, el saldo se ha invertido. Los hombres ganan 191.000 empleos y las mujeres sólo 106.700. Por provincias, según el informe, en Almería, Málaga y Sevilla se ha producido un aumento sostenido y diversificado de la actividad económica. En el primer caso por el efecto arrastre de la producción agraria, en el segundo por el turismo y, en el tercero, por el auge industrial y la capitalidad. Cádiz recupera empleo agrario e industrial, mientras Jaén, tras las buenas campañas olivareras, empieza también a mostrar signos de repunte en su actividad. El estudio, sin embargo, considera que Granada, Huelva y Córdoba presentan cierta atonía, posiblemente marcada por disponer de una "economía de interior", su dependencia agraria y la proximidad a las provincias que han experimentado crecimientos más fuertes.

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