CiU modifica su actitud tras la advertencia del Partido Popular y no se ensañará con Piqué
Convergència i Unió (CiU) ha recibido un aviso para navegantes. El día siguiente de haber perdido tres votaciones decisivas en el Parlament sobre la ya famosa guerra de los geriátricos, al aliarse los votos del Partido Popular con los del resto de la oposición, los nacionalistas tocaron ayer a rebato. CiU se mantendrá al margen de la agria polémica por los presuntos casos de corrupción del ministro portavoz del Gobierno, Josep Piqué, y a cambio continuará recibiendo los favores parlamentarios del PP. Otra salida de tono de CiU y los populares volverán a las andadas.
La próxima semana no se presentaba legislativamente demasiado propicia para CiU. El jueves se discutirá en el Parlament la decimosexta reprobación contra un consejero del Gobierno de Jordi Pujol. En este caso contra el de Trabajo, Ignasi Farreres, por su política de subvenciones de los programas de formación ocupacional que supuestamente beneficiaron a empresas de militantes de Unió Democràtica. Hasta ahora, todos los consejeros se habían salvado de la quema parlamentaria gracias a los votos del PP. Pero la advertencia del miércoles, cuando los nacionalistas se quedaron en minoría en tres votaciones en la comisión de Bienestar Social, se transformó en temblor entre las filas de Pujol. Los populares pasaron factura a CiU por las salidas de tono de su portavoz en Madrid, Josep López de Lerma, quien el pasado martes afirmó que "Piqué ha hecho el ridículo en el Congreso dos veces", en relación con su intento de pedir amparo al Congreso por las denuncias sobre sus presuntos casos de corrupción lanzadas desde el PSOE. En plena precampaña electoral, los nacionalistas no podían permitirse el lujo de jugar a la ruleta rusa y ayer sonaron las sirenas de alarma. En palabras del secretario general de CDC, Pere Esteve: "No nos vamos a dejar arrastrar por un estilo de acoso y derribo que recuerda a 1995". Más lacónico pero taxativo se mostró el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. "Ya se arreglarán. Yo, como me piden todos, siempre hablo de los problemas de la gente", comentó. Los dirigentes de CiU no van a ensañarse con Piqué, pero continuarán con sus críticas políticas, que en ningún caso, a juicio de Pere Esteve, deben comportar problemas para el pacto de gobernabilidad vigente en Madrid. "Piqué mantiene un mensaje dirigido a Cataluña claramente antagónico al nuestro. Él ha iniciado un debate político versus Convergència i Unió, pero no veo por qué esto debe plantear problemas de estabilidad". El ministro portavoz también optó por no enrarecer más el ambiente. Tras la conferencia de prensa del Consejo de Ministros, Josep Piqué consideró "normal y legítimo" que CiU le critique y lo consideró compatible con el mantenimiento de los acuerdos de gobernabilidad. El ministro negó cualquier relación de causa y efecto entre las críticas y los votos del PP en el Parlament contra CiU. Esta postura le pareció ayer "equivocada" al consejero de la Presidencia, Xavier Trias, y en opinión de Joaquim Molins, presidente del Grupo Catalán en el Congreso, los populares únicamente lo hicieron "para salir en la foto". Si a los dirigentes de CiU aún les quedaba algún resquicio de duda sobre la actitud del PP, su presidente en Cataluña, Alberto Fernández Díaz, se encargó de despejarla. "Si [CiU] sigue la estrategia de los socialistas de desgaste de Josep Piqué, será prisionera de sus propios actos", declaró. Y recordó al partido de Pujol que no cuenta con mayoría absoluta en el Parlament y que, por tanto, su obligación es "dialogar y negociar". A pesar de estas palabras, Fernández Díaz anunció que no apoyarán la reprobación contra el consejero de Trabajo. Otras fuentes de este partido precisaron que mantendrán esta posición siempre y cuando CiU se abstenga de hacer más comentarios contra Piqué. Por su parte, el presidente de Iniciativa per Catalunya, Rafael Ribó, acusó al PP y a CiU de "jugar a un juego mafioso" y de amenazarse mutuamente como "hacen los gánsteres". A juicio de Ribó, ni Pujol ni Piqué "pasarían la prueba del Comité de Sabios", en referencia a los expertos que han emitido un dictamen sobre los presuntos casos de corrupción en la Comisión Europea.
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