_
_
_
_

El 'carcelero' Iñaki, entre la codicia y la compasión

Sebastián Comas Baroy, apodado Iñaki por la farmacéutica de Olot, ha recibido el calificativo policial de "el menos malo" de la banda de secuestradores, aunque las piezas que hora tras hora van encajando el sorprendente rompecabezas de Olot revelan que fue también el más asustadizo. Se vio metido en el secuestro por el miedo que le inspiraba Ramón Ullastre, el cortadedos que amenazaba con mutilaciones a la secuestrada, y también por la promesa de que la operación sería limpia y rápida: dinero fácil en pocos días y sin demasiado riesgo.Todo parece indicar que Comas tuvo encomendadas tareas logísticas y de vigilancia y nunca intervino en la planificación. Maria Àngels Feliu explicó a la Guardia Civil que el contacto habitual con el carcelero Iñaki se vio interrumpido durante cinco meses, ausencia que la investigación atribuye a un primer intento de desvincularse del secuestro.

Más información
El último detenido por el "caso Olot" planificó el secuestro con Ullastre y construyó el 'zulo'
Futbolista y cobrador de morosos

Después Sebas, como lo identificó la esposa de Ullastre, recuperó su puesto de guardián del zulo y estrechó los vínculos con la secuestrada hasta el punto que llegó a apiadarse de ella. No fue hasta después de 492 días de cautiverio cuando reunió el valor suficiente para traicionar a la banda y liberar a la farmacéutica.

La abogada que le asistió durante su primera comparecencia policial, Paloma Sallés, le describe como un hombre sumiso que parece dispuesto a acarrear con todo lo que le venga encima. Incapaz de realizar el gesto de entregarse que pareció sugerirle el teniente coronel de la Guardia Civil Miguel Gómez Alarcón cuando el pasado miércoles empezó la cadena de detenciones del caso, Iñaki aguardó a que el cerco se fuera estrechando. Hasta que sus perseguidores llamaron a su puerta.

Es precisamente este carácter moldeable e indeciso el que hace más valioso el gesto que tuvo de liberar a la farmacéutica.

Petición de la madre

La madre de Iñaki realizó ayer un llamamiento desesperado a Maria Àngels Feliu para que ésta interceda por su hijo, de la misma manera en que su hijo lo hizo por ella. No obstante, entre todos los miembros de la banda, su situación no parece la más comprometida.

Su propio abogado, Josep Castro, reconocía ayer antes de entrar al juzgado de Olot en el que su cliente prestó declaración ante la juez Pilar Castillo, que a Iñaki no le faltarán atenuantes. La propia Guardia Civil ha indicado el camino de su defensa.

Para esta mañana está prevista la declaración de Juan Manuel Pérez, el último de los detenidos en relación al secuestro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_