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La Guardia Civil detiene al "carcelero" Iñaki y a otro implicado en el secuestro de la farmacéutica de Olot

La Guardia Civil detuvo ayer en Sant Hipòlit de Voltregà, a unos 100 kilómetros al norte de Barcelona, a Sebastià Comas Baroy, de 35 años, identificado como Iñaki, el nombre que Maria Àngels Feliu atribuye al secuestrador que la vigiló más tiempo y que acabó liberándola tras 492 días de encierro. Comas no tiene antecedentes penales, es soltero y trabajaba como camarero. Anoche la Guardia Civil detuvo a otro implicado, cuya identidad no desveló, que había participado en la preparación del secuestro y que podría ser acusado de encubridor.

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El sexto y último detenido hasta ahora había estado relacionado con el policía local de Olot Antoni Guirado y el presunto cerebro del secuestro Ramon Ullastre con quienes colaboró en trabajos de cobro de deudas a morosos.El arresto de Comas se produjo sobre las 12.30 horas en su domicilio de Sant Hipòlit de Voltregà. "Sabía que le tocaría su turno un día de éstos y pareció librarse de un peso al ser detenido", explicaron fuentes de la investigación.

Comas no ofreció ninguna resistencia cuando fue detenido y posteriormente trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Vic. Mañana, con toda probabilidad, pasará a disposición de la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Olot, Pilar Castillo, que tramita las diligencias del caso.

El teniente coronel de la Guardia Civil Miguel Gómez Alarcón, jefe de la policía judicial de Cataluña, acudió en la tarde de ayer al cuartel de Vic para interrogar a Sebastià Comas, y sobre las 21.00 horas se trasladó al juzgado de Olot para entrevistarse con la juez y transmitirle algunos datos que pueden ser determinantes para la investigación.

La detención de Comas se añade a las otras cuatro que se practicaron el pasado día 10 en relación con el secuestro: el policía municipal de Olot Antoni Guirado, de 36 años; el vecino de Camprodon José Luis Paz García; y el matrimonio de Sant Pere de Torelló formado por Ramon Ullastre, de 39, y su esposa, Montserrat Teixidor, de 36 años. La juez que instruye el caso tomó declaración a lo largo del día de ayer a Teixidor, que siempre ha negado su participación en el secuestro, y quedó en libertad bajo fianza de 500.000 pesetas. Su marido seguía declarando al cierre de esta edición y todo apuntaba a que la juez decretaría para él prisión sin fianza.

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Sebastià Comas vivía desde hacía un- año en Sant Hipòlit, pero estaba empadronado en la vecina población de Torelló, ambas en la comarca de Osona. En ese municipio funcionó durante un tiempo sin licencia un club de kick boxing, una modalidad de boxeo que mezcla las artes marciales con el taekwondo. El local era frecuentado por Comas y Ullastre, y los investigadores consideran que éste pudo haber convencido a Comas, sin trabajo fijo, para que vigilase a la farmacéutica.

La esposa de Ullastre ha declarado ante la juez que durante la época en la que duró el secuestro era frecuente la presencia en la casa de Sant Pere de Torelló de un tal Sebas "para dar de comer a las serpientes" que se guardaban en el garaje de la casa, muy cerca del zulo. La identidad de Sebas coincidiría con la del detenido ayer. En ese mismo garaje, Ullastre habilitó también un amplio gimnasio que era frecuentado por policías municipales de la zona para entrenarse y que muy probablemente también fue visitado por Comas. Los vecinos de Sant Pere de Torelló aseguran que en ese gimnasio se celebraban combates ilegales en los que intervenían jóvenes musculosos reclutados por Ullastre a cambio de dinero.

Los investigadores consideran que Iñaki llegó a pasar largas temporadas junto al zulo y que fue el "carcelero" de la secuestrada. Feliu ya describió, tras su liberación, al ahora detenido como la persona que mejor trato le dispensó y el pasado día 11, después de las detenciones, el teniente coronel Miguel Gómez Alarcón aseguró que Iñaki era "el menos malo entre los malos" y que tenía "atenuantes morales" por haber liberado a la farmacéutica.

Sin embargo, una de las principales incógnitas del caso sigue siendo aclarar los motivos que llevaron a Iñaki a dejar en libertad a Maria Àngels Feliu. Los investigadores consideran que lo hizo por iniciativa propia y por el cansancio provocado tras 492 días de secuestro, pero la verdad no se conocerá hasta que Comas declare ante la juez de Olot. Ullastre aseguró ante la juez que la decisión de poner en libertad a la farmacéutica fue acordada conjuntamente entre él e Iñaki, pero los investigadores consideran que esa declaración sólo responde a una estrategia para verse favorecido en el proceso judicial que ahora se inicia.

El apodado Iñaki era la persona sobre la que la farmacéutica de Olot aportó más datos tras su liberación y, paradójicamente, ha sido la que más ha costado identificar y detener. Fuentes judiciales aseguran que fue Ullastre quien lo identificó en su declaración del pasado sábado, día en que los familiares de Sebastià Comas dejaron de verlo en Torelló, donde solía acudir casi a diario.

Al parecer, en esa declaración, Ullastre facilitó el nombre y la manera de lograr una fotografía.También relató que Comas era propietario de una furgoneta roja con la que realizaba trabajos de repartidor de productos por los restaurantes de la zona. La Guardia Civil confirmó después que, efectivamente, Comas posee un vehículo de esas características. Feliu también explicó tras su liberación que Iñaki le había confesado su adicción a las drogas.

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