El Ararteko cree que la calidad del agua de Bilbao y Vitoria corre peligro si no se toman medidas
La calidad del agua de los embalses del Zadorra es buena en la actualidad, pero a medio plazo la situación puede ser preocupante si no se establece ya un plan de actuación que frene la degradación que sufre cada año. Esta es la principal conclusión del último informe del Ararteko, que por primera vez se centra en el problema medioambiental. Las presas del sistema Zadorra abastecen de agua al 43% de la población vasca. Constituyen un recurso hidráulico sin alternativa para satisfacer la demanda de más de 900.000 habitantes de la comarca de Bilbao y Vitoria.
Los embalses de Ullibari-Gamboa y de Urrunaga han sufrido en los últimos años un proceso de deterioro debido a la presión humana ligada a actividades agropecuarias, urbanas, industriales y de ocio, fundamentalmente. Estas presas están situadas en la mitad de la Llanada Alavesa y se encuentran rodeados de importantes vías de comunicación, lo que las convierte en muy accesibles desde diversos núcleos urbanos y en especial desde Vitoria. Con su agua se abastece a toda la población de la capital alavesa y a 34 municipios vizcaínos, entre los que figuran Bilbao, Barakaldo, Getxo, Portugalete o Santurtzi. El trabajo del Defensor del Pueblo Vasco ha analizado la calidad del agua a partir de los datos obtenidos entre los años 1984 y 1994. La institución que preside Xabier Markiegi ha contado con la ayuda de la catedrática de Biología Animal de la UPV Ana María Rallo para examinar estadísticamente la serie. Según la especialista, el agua de los embalses de la cuenca del Zadorra tiene una calidad sanitaria satisfactoria, pero los aportes de contaminantes como el fósforo y los nitratos -procedentes de los abonos agrícolas- hace que los embalses estén sometidos a un proceso de degradación. "Esta situación se agrava con el tiempo", advirtió la catedrática. Además, los análisis han encontrado plaguicidas que entorpecen la descomposición de la materia orgánica que realizan los microorganismos en aguas profundas. Estos compuestos proceden en su mayor parte de la agricultura. También se ha detectado la presencia de hidrocarburos en concentración, que parece aumentar con el tiempo. "Su origen puede ser diverso: aportes de los ríos, o desde la superficie o riberas del embalse", explicó Rallo. "Todo esto", añadió, "hace que la situación futura sea preocupante a medio plazo, si no se adopta y se desarrolla un plan de actuación que elimine o aminore estas perturbaciones". Según el informe, las medidas de protección existentes no son suficientes para impedir el aporte de la carga contaminante al agua, ni el deterioro del entorno de los embalses. "No existe ningún plan sectorial, ni tampoco de ordenación territorial que proteja integralmente y garantice la calidad de las aguas", se señala en una de las conclusiones. Por eso, entre las recomendaciones figura la propuesta de redactar un plan territorial sectorial de protección de la cuenca que abarcan los embalses del Zadorra. Xabier Markiegi reclamó a la Administración la constitución de un órgano de coordinación de carácter estable que sirva de foro de encuentro a todas las administraciones titulares de competencias y que permita unificar criterios. "Ha sido una sorpresa", apuntó Markiegi, "comprobar la gran dispersión competencial que existe". La catedrática Ana María Ralló aportó otra sugerencia: crear corredores biológicos naturales -que no sean accesibles al hombre-, mediante la recuperación de la ribera en el entorno inmediato a los embalses. Estos corredores servirían de protección efectiva a la lámina de agua. Para Markiegi también sería efectivo prohibir el uso de embarcaciones de motor, restringir las zonas de baño, prohibir las acampadas e intensificar la recogida de residuos en las zonas habilitadas como parque.
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