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Unicaja advierte de que no esperará eternamente la concentración de las seis cajas andaluzas

Un mes después de que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, hiciera un llamamiento para que se fusionaran las seis cajas andaluzas, el presidente de Unicaja, Braulio Medel, rompió ayer su silencio. El dirigente de la primera entidad financiera de Andalucía ha enviado mensajes en varias direcciones. A las demás cajas les avisa de que "no está dispuesto a esperar eternamente". A las fuerzas políticas, que "su acuerdo es deseable", pero que "los órganos de gobierno son soberanos y con las únicas organizaciones con las que hay que hablar son los sindicatos". Por su parte, el vicepresidente del PA y portavoz parlamentario, Pedro Pacheco, reiteró ayer que su partido "no será cómplice de este disparate financiero".

Medel opinó que el debate que se ha suscitado tras la intervención de Chaves ha sido de bajo nivel, las reacciones desmesuradas y poco respetuosas, que una fusión de las cajas no tiene que suponer pérdida de empleos y que la tarea de integración habría que hacerla "de la manera más rápida y limpia posible". Insinuó que, si las otras cajas no se deciden, su entidad podría intentar una fusión fuera de Andalucía: "Aunque nuestra preferencia y vocación es que la concentración se efectúe con las cajas andaluzas, las entidades financieras se deben antes que a nadie a sus impositores para los que hay que encontrar mejores servicios, precios y condiciones". Medel insistió en que la concentración de las cajas sería clave para la economía de la comunidad: "Si hace diez años se hubiera tenido una entidad financiera de este tamaño, el sector del gas estaría en manos andaluzas, igual que el control de las empresas energéticas y habría una apuesta por las telecomunicaciones más fuerte". Añadió que la experiencia de fusiones de la década de los noventa ha demostrado que la unión de cajas es buena para el empleo: "Hemos pasado de 14 a seis cajas y hemos pasado de 10.800 a 11.700 trabajadores". En este capítulo añadió que la "dimensión facilita centros informáticos propios, porque ahora hay cajas que lo subcontratan fuera y son empleos que se pierden". El debate sobre la futura sede de una caja unificada le parece a Medel falso: "Lo importante es si una pareja quiere tener un niño, no cómo se llamará, ni dónde nacerá. Lo de la sede es una cuestión decimonónica, ahora se puede trabajar desde casa y está claro que hay que mantener servicios operativos territoriales para estar cerca del cliente". El presidente de Unicaja no cree que haya un "frente sevillano, ni conspiraciones ni complots". Tampoco se cree que La General o Cajasur piensen que no se puede hacer una fusión, porque ambas protagonizaron un proceso de concentración hace pocos años. Sobre el calendario, dijo que debe hacerse lo más rápidamente posible y de una sola vez: "Puedo entender que se quiera la fusión de dos o tres cajas solamente, pero lo que no entiendo es que se quiera hacer en dos o tres fases". En el polo opuesto volvió a situarse ayer el andalucista Pedro Pacheco. Según él, el principal problema a la hora de afrontar las fusiones en una misma comunidad es el de la duplicidad, fruto de una multiplicación repentina de oficinas en el mismo ámbito geográfico que cuentan con los mismos clientes. Poca eficiencia El andalucista dijo que se consigue una entidad de mayor tamaño en cuanto a balance, pero no habrá crecido más su área de influencia, al tiempo que la duplicación de servicios es difícil de resolver desde el punto de vista humano: "Es decir, gente a la calle". Pacheco añadió que, con datos en la mano, de unificarse en estos momentos las seis cajas de ahorro andaluzas, se obtendría una entidad con un balance de casi cuatro billones de pesetas, con un conglomerado de 12.000 trabajadores y 2.000 oficinas, mientras que Caja Madrid, por ejemplo, tendría un balance superior en 2,2 billones, con sólo 1.500 empleados y 500 oficinas. Pacheco sostiene que ni siquiera esa entidad fruto de las seis cajas se situaría entre las de gran tamaño de España y padecería problemas de eficiencia, de negocio y de exceso de personal. Como contrate, aseguró que la eficiencia de esa única caja, sería del 53,8%. Por su parte, La Caixa tendría un 92,9% Caja Madrid, un 97,7% y Caja Cataluña, un 100%. Pacheco volvió a responsabilizar del "síndrome fusionador" a la consejera de Economía, Magdalena Álvarez, a quien acusó de actuar de manera "dirigista" y con "amenazas" y continuar "erre que erre". Recalcó que la propuesta de la consejera y la defensa que ha realizado Chaves es un "disparate de gran magnitud", y rechazó las críticas del presidente, quien le acusó de "ensuciar" el proceso. Según Pacheco, los que se contradicen son los socialistas y esgrimió un documento del PSOE en el que se apuesta por rechazar "posiciones uniformadoras" y respetar el papel de los órganos de gobierno de las cajas. También se refirió a otras declaraciones de Chaves, del 16 de noviembre, en las que aboga por llegar a tres cajas. El PA, explicó Pacheco, siempre ha defendido que las fusiones se hagan de abajo a arriba, sin mapa predeterminado y sin que los poderes públicos presionen. Mostró unas declaraciones suyas de 1997 en la que afirma que en lugar de ir a una caja única inmediata, lo conveniente es una fase intermedia, como una caja de cajas que pueda ser competitiva.

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