_
_
_
_

Empezar la semana con un susto

Faltaba un minuto para las nueve de la mañana. El metro acababa de dejar atrás la estación de Lutxana y proseguía su recorrido rumbo a Plentzia: destino final. Apenas veinte minutos de trayecto. La hora invitaba a los 70 pasajeros que ocupaban los vagones a desperezarse y enfrentarse al primer día de la semana. De repente, el tren frenó y todos se percataron de que todavía no habían llegado a Erandio, la próxima parada. Fue rápido y sin sobresaltos. No cundió el pánico. Era un descarrilamiento en el primer vagón de una unidad, pero sin consecuencias graves. Una rueda se había salido de la vía. O lo que es lo mismo: se había salido el primer eje, explicaron fuentes de Metro Bilbao. La baja velocidad fue un factor determinante para que sólo fuera un susto. Primero fue el desconcierto y enseguida se pidió a los pasajeros que abandonaran el tren. No hizo falta insistir mucho. El súbito frenazo les animó a hacerlo rápidamente. Algunos protestaron porque llegaban tarde al trabajo y otros, con más fortuna, al sol que empezaba a calentar en las playas de Las Arenas, Sopelana y Plentzia. Todas estas paradas costeras debía recorrer la unidad cuando sucedió el accidente. No hubo protestas, tampoco reclamaciones a Metro Bilbao; sólo algunas quejas por el retraso y llamadas telefónicas de familiares de pasajeros. "Que no hay derecho, que vaya fuste, que yo tengo prisa y a ver qué hacemos aquí esperando". O del tipo de "soy la mujer de un pasajero que podía estar en el metro a esa hora. ¿Ha pasado algo? ¿Qué ocurre?", reseñó a modo de ejemplo un portavoz de la compañía. Hubo que estructurar un nuevo servicio de vía única y se hizo en treinta minutos. Los 70 pasajeros pudieron elegir entre esperar o abandonar la estación subterránea. A éstos, la compañia les compensó con un nuevo billete. Al resto, le ofreció la posibilidad de viajar desde Lutxana -donde estaban- hasta Leioa, lo que originó una media de 20 minutos de retraso entre las estaciones de San Inazio y Plentzia. Las frecuencias entre Bolueta y San Inazio se mantuvieron en sus tiempos habituales. Hacia las once de la la mañana, se consiguió estabilizar el servicio ofreciendo frecuencias de cinco minutos en Bilbao, y de 20 minutos a Plentzia. Finalmente, se logró encarrilar la unidad averiada a las 11.30 y una vez que se comprobó el estado de la vía, la normalidad retornó a las 12.15. Durante estas tres horas, un total de 5.500 pasajeros se vieron afectados por las consecuencias del accidente. El número de los que utilizan el metro en un día laborable asciende a 180.000, según datos de Metro Bilbao. La compañía ha abierto una investigación para conocer las causas del descarrilamiento. Ayer se barajaba la posibilidad del mal estado de la vía o un defecto en la suspensión de la unidad del metro. Éste es el tercer percance que sufre el metro en sus tres años de funcionamiento. En ningún caso ha habido daños personales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_