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Londres retrasa el plazo para la creación del Gobierno autónomo del Ulster hasta el 29 de marzo

Londres anunció ayer un nuevo plazo para la formación del Gobierno autónomo en el Ulster, y avisó a los políticos republicanos católicos y unionistas protestantes que deberán dirimir sus diferencias y formar dicho Ejecutivo hacia el 29 de marzo. De este modo se amplía en 19 días el plazo anterior que se había fijado para dar vida al proceso de paz firmado hace casi un año en Belfast para poner fin a tres décadas de violencia en la provincia irlandesa bajo control británico. El proceso está estancado por la renuencia del Ejército Republicano Irlandés (IRA) a desarmarse, una condición que los protestantes del dominante Partido Unionista del Ulster (UUP) consideran indispensable para formar un Gobierno con presencia del Sinn Fein, frente político del IRA.Mo Mowlam, la ministra británica para Irlanda del Norte, declaró ayer que la ampliación del plazo "brinda a las partes el tiempo y espacio necesarios para avanzar" hacia un acuerdo. Pero hay otro elemento que, a juicio de Londres y Dublín, puede tener enorme importancia en el empeño pacificador: los principales líderes norirlandeses acudirán a Washington dentro de diez días para participar en la tradicional celebración del Día de San Patricio. Según fuentes diplomáticas, el presidente de EEUU, Bill Clinton, está preparando propuestas para desbloquear el proceso e impulsar el histórico Acuerdo del Viernes Santo logrado el año pasado.

Nuevos tratados

Las posibilidades de esas y otras gestiones resultaban ayer un tanto inciertas a la luz de los hechos. Por un lado, la República de Irlanda y el Reino Unido firmaron ayer cuatro tratados con la finalidad de acelerar la puesta en marcha del proceso en el Ulster. Esos tratados legalizan las nuevas instituciones que unirán tanto a la república como a la provincia y que regularán los vínculos de ambas con Londres. Esos instrumentos darán vida a un consejo ministerial norte-sur; a organismos interfronterizos; a un consejo británico-irlandés, y a una conferencia intergubernamental británico-irlandesa. Con esos instrumentos, Londres y Dublín esperan conseguir una gradual normalización de los vínculos de la dividida isla y corresponder equitativamente a los republicanos, que demandan la total independencia de Londres y la unificación con Dublín, y a los protestantes, que han jurado fidelidad al Reino Unido.Vista desde fuera, la firma de esos tratados constituye un avance. Pero el súbito resurgimiento de la retórica hostil traslada el proyecto a un terreno incierto. Gerry Adams, el presidente del Sinn Fein, advirtió que el incumplimiento del primer plazo para la formación del nuevo Gobierno, inicialmente fijado para mañana, empuja a Irlanda del Norte hacia "una gran crisis". "El contexto y seriedad de la situación no deben ser subestimados. Tratar de eliminar la presencia del Sinn Fein [dentro del Ejecutivo autónomo] entraña un riesgo de que el IRA vuelva a la guerra", declaró Adams. David Trimble, el líder del UUP, no ha modificado su exigencia de que previamente a la formación del Gobierno, el Sinn Fein obligue al IRA a que entregue su arsenal a la comisión de desarme encabezada por el canadiense John de Chastelaine.

A la llamada "crisis de las armas" se sumó ayer la preocupación en el campo republicano a raíz de una supuesta amenaza de muerte contra Adams. Fuentes del Sinn Fein dijeron que extremistas republicanos opuestos al proceso de paz -el llamado IRA-Auténtico y el IRA-Continuidad- han intensificado sus críticas contra Adams afirmando que su plan de paz con los protestantes no hace sino favorecer los intereses británicos en Irlanda del Norte. Adams ha sido blanco de varios ataques de los paramilitares unionistas, y en 1984 sobrevivió a un atentado. "Tomo todas las amenazas muy en serio. Esa es una de las razones por las que aún sigo vivo", se limitó a comentar ayer.

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