Reeditado el "Diario de Djelfa" que publicó Max Aub en México en 1944

La labor de editar casi siempre es una apuesta de riesgo, cuando no una excentricidad. Pero en el caso de un autor consagrado como Max Aub, cuya difusión nacional deja mucho que desear, se convierte, además, en un acto de coherencia. En este nivel se sitúa, pues, la reedición del Diario de Djelfa, en la colección de poesía Edicions de la Guerra & Café Malvarrosa, que dirigen Vicent Berenguer y Toni Moll. Se trata de la primera publicación española de la memoria poética del tortuoso periplo que el escritor vivió en el campo de concentración de Djelfa, al norte de Argel, en 1942. Un texto publicado originariamente en México en 1944, país en el que se acababa de exiliar, y que, desde su última edición en 1970, también mexicana, había caído en el olvido. La cuidada edición, de apenas mil ejemplares impresos en papel ahuesado, coincide, además, en un gesto de irónico simbolismo, con el 59º aniversario de la caída de la República. Como sugerentemente explica el estudio de la introducción, realizada por Xelo Candel Vila, el poemario conforma una estremecedora cadena de imágenes de las penosas condiciones que vivió Max Aub en el campo de concentración de la altiplanicie sahariana y de las circunstancias que le llevaron hasta allí, cuando en 1939 buscó refugio en París, hostigado por el franquismo por su militancia socialista y defensa de la República. La edición ha respetado los últimos cambios hechos por el autor, consciente de que todo cuanto se narra "es real". El texto está formado por poemas que solían leer bajo las tiendas de campaña, bajo la cladestinidad que escapa a la vigilancia. Y se completa con seis fotografías, las únicas que pudieron tomarse clandestinamente, en aquel lugar. Es la crónica de un "prisionero civil" y el "diario testimonial" de un escritor comprometido políticamente.