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Westendorp destituye al presidente de los serbios de Bosnia por incumplir los acuerdos de paz

Jorge Marirrodriga

El alto representante de la comunidad internacional en Bosnia, el español Carlos Westendorp, destituyó ayer al presidente de la República Serbia de Bosnia, Nikola Poplasen, por sus intentos de desestabilizar el proceso de paz. "Había dado un golpe de Estado", declaró Westendorp en conversación telefónica con EL PAÍS. En otra importante decisión, el Comité Internacional de Arbitraje decidió ayer que Brcko, ciudad hasta ahora bajo control serbio y reclamada por los musulmanes, sea declarada neutral.

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Westendorp justificó su decisión señalando que, como presidente de la República Srpska (entidad que aglutina a los serbios de Bosnia), el ultranacionalista Poplasen, perteneciente al Partido Radical Serbio (SRS), había interrumpido el trabajo del Gobierno nombrando deliberadamente una serie de candidatos a primer ministro incapaces de conseguir apoyos suficientes en la Asamblea Nacional o que no deseaban aceptar el mandato. El Alto Representante señaló que el presidente serbio de Bosnia "se había empeñado en destituir a un primer ministro en funciones, algo anticonstitucional". A su juicio, Poplasen ha tenido un comportamiento "agitador e inaceptable" que obstaculiza los acuerdos de paz logrados en Dayton en 1995. "No he tenido más remedio que destituirlo", añadió.Westendorp propuso al hasta ayer vicepresidente, Mirko Sarovic, como nuevo presidente, pero éste no parece inclinado a aceptar el cargo. Para complicar las cosas, el primer ministro, Milorak Dodik, presentó su dimisión.

Poplasen era presidente de la República Srpska desde el pasado mes de septiembre y su planteamiento radical chocaba con el de su primer ministro, Dodik. Westendorp ya le había avisado de su posible destitución, a lo que Poplasen respondió con amenazas veladas de disturbios en todo el territorio, alegando que él había sido elegido por sufragio universal y el representante internacional no podía ir contra la voluntad popular. Ayer mismo aseguró que no pensaba dejar el poder. "Ya me lo esperaba", señaló Westendorp. "En cualquier caso, la policía local tiene que mantener el orden, y en caso de que no lo haga para eso están las fuerzas [internacionales] de la SFOR".

La postura de Westendorp no ha gustado nada a los serbios: "Exigimos su urgente destitución ya que, con su actitud hacia la república serbobosnia y hacia Bosnia, las trata como si fueran colonias", afirmó el Partido Socialista Serbio (SPS) del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic.

Ciudad estratégica

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En otra importante decisión sobre la administración de la República serbia de Bosnia, el Comité de Arbitraje Internacional decidió ayer que la estratégica ciudad de Brcko, controlada por los serbios pero reclamada por los musulmanes, quede baje la tutela de las dos administraciones. "Nadie es perdedor, todos ganan", opinó Westendorp sobre la resolución, aunque reconoció que es una decisión que exacerba los ánimos de los radicales.Por otra parte, un portavoz dela SFOR confirmó anoche que uno de los soldados de la OTAN destacado en la zona mató ayer a un serbobosnio en un restaurante de Sarajevo. Según la versión de la SFOR, cuatro de sus efectivos fueron atacados por catorce civiles armados de garrotes y la muerte se produjo cuando uno de los soldados abrió fuego "para protegerse".

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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