Toxicología ratifica que el piloto del avión de Melilla tenía alcohol en sangre
El Instituto Nacional de Toxicología ha ratificado que el cadáver de Diego Clavero Muñoz, piloto del avión siniestrado en el cabo de Tres Forcas, cerca de Melilla, el 25 de septiembre del año pasado, contenía 0,41 grados de alcohol en sangre. En el accidente murieron 38 personas. El informe de Toxicología, remitido al juzgado que estudia el caso, descarta que los restos de alcohol se deban a la descomposición del cadáver, ya que transcurrió muy poco tiempo entre la muerte del piloto y la realización de la autopsia.
Cuando se dio a conocer que en la primera autopsia se había hallado restos de alcohol en el cadáver del piloto, la familia sostuvo que el cuerpo sobre el que se había realizado no era el de Diego Clavero. Una vez quedó claro que sí lo era, se argumentó que la descomposición de un cadáver produce alcohol. Por ello uno de los procuradores del caso pidió desde Melilla un segundo informe al Instituto Nacional de Toxicología.El documento, que ha sido facilitado a las partes por el magistrado que instruye el caso, Ezequiel García, no deja lugar a dudas sobre la presencia de alcohol en la sangre del piloto, que cubría en un avión de la compañía Paukn Air el trayecto Málaga-Melilla. Para cerciorarse de que el alcohol hallado no se debía a la descomposición, Toxicología señala que se analizaron muestras de sangre de siete de las víctimas y sólo se encontraron restos de alcohol en el cadáver de Clavero, cuando todos los cuerpos estuvieron expuestos a iguales condiciones ambientales. En el informe también se señala que la cantidad de alcohol en sangre pudo ser mayor, ya que es posible que se produjeran "pérdidas en la cámara de aire del tubo de ensayo" que contenía la sangre. Esta posibilidad ya había sido contemplada en el primer informe de Toxicología, hecho público el pasado 16 de noviembre.
Rafael Clavero, hermano del piloto, sostuvo ayer al conocerse este segundo informe que "aunque se llegase a demostrar" que éste había ingerido los 0.41 gramos de alcohol que contenía su sangre, esta cantidad "nunca pudo mermar su capacidad". El hermano del comandante Clavero indicó que los 0.41 gramos no son una cantidad suficiente como para reducir la capacidad del piloto para controlar el avión, informa Efe. Rafael Clavero añadió que la legislación sobre navegación aérea sólo recoge que los pilotos no podrán manejar aviones bajo la influencia de bebidas alcohólicas, pero no fija una tasa máxima autorizada.
La comisión mixta que estudia el caso, formada por 15 expertos marroquíes, españoles y británicos, no ha facilitado aún el examen de la caja negra del avión accidentado ni su informe definitivo, aunque en sus conclusiones preliminares determinó que el siniestro no se debió a fallos técnicos.
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