_
_
_
_
_

Vintró justifica la exclusión de Rauxa del comedor del Clot por un imperativo legal

El Ayuntamiento de Barcelona salió ayer al paso de las numerosas criticas surgidas al conocerse que la cooperativa Rauxa había sido excluida del concurso para la adjudicación del servicio del comedor social del Clot, pese a que llevaba gestionándolo desde 1995 y presentaba la mejor oferta social y económica. Eulàlia Vintró insistió en que Rauxa fue eliminada porque carecía de un documento empresarial que exige la ley que regula los contratos públicos.

La teniente de alcalde de IC, Eulàlia Vintró, salió así al paso a las críticas que tanto la oposición municipal como la entidad le dirigen cuestionando la sensibilidad social con que se ha llevado el caso. Para Vintró, el Ayuntamiento se ha limitado a cumplir la legislación vigente, según la cual los técnicos no tuvieron ocasión de evaluar la experiencia ni el hecho de que los empleados de Rauxa sean indigentes que han superado la adicción al alcohol. Vintró manifestó que, en atención a la labor realizada por esta organización, con la que el área de Servicios Sociales mantiene buenas relaciones, se ofrecieron distintas modalidades de empleo a la veintena de personas que prestaban sus servicios en el comedor del Clot, para impedir que fueran al paro. A su vez la presidenta de Rauxa, Maria Lluïsa Marín, reconoció que rechazaron tales ofertas entre otras cosas porque la nueva empresa adjudicataria, que debía absorber una parte de la plantilla, les propuso contratos de 15 días de duración y a título de prueba. El Ayuntamiento facilitó datos sobre las 4.864 personas que los servicios municipales de acogida atendieron entre 1993 y 1997, fin al que se destinaron 957 millones de pesetas. De esta forma la teniente de alcalde quiso aclarar que también el Gobierno municipal trabaja para prestar ayuda al colectivo de indigentes con graves carencias. La responsable de Asuntos Sociales del Ayuntamiento expresó su preocupación por la irrupción de grandes empresas sanitarias que empiezan a operar en el campo de la asistencia social. "No nos gustaría que llegara el momento en que estas empresas absorbieran a las pequeñas", añadió Vintró al hacer referencia a la reconversión que atraviesa la asistencia social. Vintró manifestó su pesar por el hecho de que Rauxa quedara fuera del concurso por un mero incumplimiento legal. Menos condescendiente fue con la oposición municipal de CiU y del PP, a la que recriminó que cometiera "una ligereza imperdonable" al no detectar ningún error en el pliego de condiciones del concurso mientras que ahora, una vez adjudicado el servicio, acusa a los responsables de los servicios sociales de "falta de sensibilidad social y de tener una visión de burócrata". La responsable de Asuntos Sociales dijo que, pese a la extrañeza que le ha causado el hecho de que Rauxa haya tardado más de dos meses en plantear públicamente su desacuerdo con la adjudicación, no ha variado su actitud. Vintró ofreció a la entidad un diálogo que permita superar la actual situación. Rauxa lleva 10 años atendiendo a indigentes de la ciudad que presentan serios problemas de dependencia del alcohol.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_