Maragall opone a la "Cataluña mítica" de los nacionalistas la de las ciudades y el mundo rural
Pasqual Maragall tiene una vena lírica, váyase a saber si por ser nieto de poeta, y la utiliza para desgranar su propuesta política. Ayer recorrió parte de los bosques arrasados el verano pasado por los grandes incendios de las comarcas del Bages, el Solsonès y la Segarra. A 50 metros del centro geométrico de Cataluña, donde se alza el santuario de Pinós, ante las extensiones en las que no ha crecido todavía ni una brizna de hierba, dijo: "En el ombligo de Cataluña, todo lo que se ve está quemado". El problema de los gobiernos nacionalistas, añadió más directo, es que "entienden Cataluña como una entidad mítica y no como una entidad compuesta por ciudades y mundo rural".
El compromiso de Maragall ante esta situación, que a su juicio vale para describir el desengaño de sectores de población de la Cataluña interior, fue el de "acercar el poder al territorio". Hacer, dijo, "que hable la gente más pegada al territorio, darle instrumentos" y establecer un nuevo equilibrio "entre lo nacional y lo local". Cuando Maragall decía ayer que todo lo que había a la vista había ardido, lo que era literalmente una obviedad, hablaba también de las esperanzas de la población que había hecho la opción consciente de vivir en el campo y del campo, dedicada a la agricultura, la ganadería o la repoblación forestal. En la visita le acompañaban miembros de las agrupaciones de defensa forestal (ADF) Natura Viva y Amics del Bosc, encabezadas por sus presidentes, Josep Puigpelat y Josep Maria Duocastella. Este último sufrió graves quemaduras cuando intentaba detener el incendio. Maragall ha visitado la zona cuatro o cinco veces desde el verano. Se ha reunido con los afectados. Incluso ha pasado noches en sus casas. Se ha interesado para que la Diputación de Barcelona atienda la parte de las reivindicaciones de los propietarios forestales que el Gobierno de Jordi Pujol no ha querido satisfacer, en particular la concesión de ayudas para resistir la bajada del precio de la madera quemada. Los incendios, que afectaron a 27.000 hectáreas, han dejado un paisaje desolado donde había hermosos bosques. Han arruinado el negocio de agroturismo hacia el que habían orientado su actividad algunas familias. Y además conectan con la superficie incendiada en 1994, donde al cabo de cuatro años apenas empieza a verse en las vertientes umbrías el renacer de pinos y encinas. "Lo peor de todo esto", explicó uno de los payeses que acompañaban a Maragall, "es que se ha roto la continuidad de las explotaciones, de manera que ahora no hay futuro". Los problemas de la Cataluña no urbana, sin embargo, son complejos, y Maragall no lo oculta. En Callús, donde tras el recorrido por la sierra de Castelltalat comió con sus anfitriones y el alcalde de Manresa, Jordi Valls, explicó su concepción de cómo abordarlos. La capital, Barcelona, tiene que "ceder una parte de su poder y distribuirlo por el territorio". Cataluña debe organizarse en esas siete regiones con las que de hecho está ya funcionando: las áreas metropolitanas de Tarragona y Barcelona, las tierras del Ebro, las del Poniente leridano, el Pirineo, las comarcas de Girona y las comarcas centrales en torno a Manresa e Igualada. Articular poderes locales Este acercamiento del poder al territorio debe ir acompañado en su proyecto de la articulación de los poderes locales y la Administración de la Generalitat. Ahí es donde, según él, han cometido su principal equivocación los gobiernos de Pujol. Y no sólo como consecuencia de la voluntad centralizadora que ha animado a la Generalitat, sino por razones más profundas. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat escuchó también algunas quejas y reivindicaciones muy concretas. Una de ellas se refería a la aplicación de la reforma educativa. "Teníamos bosque y una buena escuela", explicó una vecina de Freixenet. "Se han quemado los bosques y se han llevado la escuela". Maragall terminó su jornada en Girona en un acto organizado por el PSC para las elecciones primarias del sábado, en las que ha de ser elegido candidato a presidente de la Generalitat. El alcalde de la ciudad y dirigente de su partido le describió ante los 400 asistentes que llenaban el auditorio de la Mercè como la figura que "ha deshecho el nudo de las contradicciones" del partido que le han impedido agrupar hasta ahora una alternativa a CiU.
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