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Guipúzcoa necesita familias solidarias para acoger a 170 niños desprotegidos

Mikel Ormazabal

170 niños guipuzcoanos se encuentran separados de sus familias biológicas y recogidos en centros de acogida para menores a la espera de que la Diputación de Guipúzcoa les encuentre un hogar donde convivir temporalmente hasta que sus padres estén en condiciones de mantenerles y educarles. La institución foral realizó ayer un llamamiento para encontrar "familias solidarias" dispuestas a recibir en su seno familiar a alguno de estos menores de entre cero y ocho años de edad.

El diputado de Servicios Sociales de la Diputación de Guipúzcoa, Luis María Bandrés (PNV), informó de que en la actualidad hay 113 niños a quienes se les ha encontrado ya cobijo y protección en familias de acogida. Aún existen otros 170 menores separados de sus padres naturales que habitan en centros institucionales especializados, asistidos por técnicos y psicólogos. Ante esta situación, la Diputación ha diseñado una campaña, con el lema Buscamos familias, de un mes de duración, cuya finalidad es "captar familias dispuestas a atender y acoger temporalmente a estos menores". Los niños presentan un cuadro de "desprotección total" y han sido apartados de sus progenitores por motivos diversos: maltrato, abandono, dependencia al alcohol, la droga o enfermedad mental de los padres. En la fase inicial, los niños son internados en pisos de acogida hasta ponerlos al cuidado de familias voluntarias que deciden encargase de su manutención y educación. Luis María Bandrés enfatizó que la estancia en el hogar de las familias de acogida "no tiene en ningún caso voluntad de derivar en una adopción", puesto que el periodo de tutela es temporal y termina "cuando sus padres biológicos ofrecen todas las garantías de encargarse del cuidado de sus hijos". La acogida familiar comprende, en este caso, a bebés y niños con edades comprendidas entre los cero y los ocho años. El programa de acogimiento en familias persigue que el menor vuelva a integrarse en su familia natural. Mientras tanto, el departamento de Servicios Sociales cede la responsabilidad de la atención del menor a las "familias solidarias", que están asesoradas en todo momento por equipos profesionales formados por asistentes sociales y psicólogos. La Diputación concede una mensualidad de 40.000 pesetas por cada niño recibido en su hogar, cantidad que está siendo revisada y que será aumentada en breve. El diputado Luis María Bandrés explicó que es preferible que la familia receptora tenga descendencia natural porque "facilita la adaptación del menor". También sugirió la conveniencia de acoger a más de un niño cuando éstos son hermanos. En 1998 el número de niños acogidos fue de 148, y el tiempo de acogida se prolonga durante un promedio de dos años. Durante la fase hospitalaria, las familias establecen un régimen de visitas para que los padres puedan conocer de primera mano la evolución de sus criaturas. Bandrés aseguró que este programa, incluido en el Plan integral de atención a la infancia, aprobado en febrero de 1998, está teniendo un alto grado de éxito, que se traduce en la reinserción del menor y su regreso al abrigo de sus padres biológicos.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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