Albright expone en Pekín las quejas de EE UU por los derechos humanos

China y Estados Unidos intercambiaron ayer graves reproches en la primera jornada de la visita a Pekín de Madeleine Albright. La secretaria de Estado norteamericana le dijo a su homólogo chino, Tang Jiaxuan, que Washington está "gravemente preocupado" y "deplora" el endurecimiento de la represión contra los disidentes. Tang replicó denunciando a EEUU por "interferir sistemáticamente en los asuntos internos de otros países, so pretexto de derechos humanos".El clima de las relaciones entre Washington y Pekín alcanzó su mejor momento el pasado verano, cuando Bill Clinton efectuó su primera visita oficial a China, pero, desde finales de 1998, el acoso a la disidencia en China ha reabierto el foso entre las dos potencias. La pasada semana, el informe anual del Departamento de Estado de EEUU sobre derechos humanos fue muy duro con Pekín.

El pasado fin de semana, en vísperas de la llegada de Albright, las autoridades comunistas encarcelaron a nuevos disidentes, probando su indiferencia hacia el informe. James Rubin, portavoz del Departamento de Estado, indicó ayer que esa actitud puede dañar el objetivo del viaje de Albright: tratar la posible incorporación de China a la Organización Mundial de Comercio. El objetivo es que esa incorporación coincida con la visita a Washington, en abril, del primer ministro chino, Zhu Rongji.

En el Congreso de EEUU se levantan voces pidiendo a la Casa Blanca una actitud más dura con China. Además del asunto de los derechos humanos, esas voces acusan a Clinton de haber autorizado la transferencia a China de tecnología que puede ser usada con objetivos militares. Como respuesta a las críticas, Clinton ha vetado la venta de satélites a Pekín.

China se siente agraviada por los planes del Pentágono para crear en Asia un sistema de defensa contra misiles que proteja a Japón y Corea del Sur. Taiwan, gran rival de Pekín, quiere incorporarse al sistema. China ha amenazado con transferir tecnología militar a terceros países si EEUU levanta en sus narices ese paraguas.