EEUU lanza cerca de 30 bombas sobre el norte de Irak

Aviones cazabombarderos F-15 estadounidenses lanzaron ayer una treintena de bombas inteligentes sobre el norte de Irak. A causa de los bombardeos, murió una persona y nueve resultaron heridas, según la agencia oficial iraquí INA. La operación tenía como objetivo, según un portavoz del Pentágono, destruir los enlaces de comunicación, las estaciones de radio y los sistemas de defensa antiaérea de la zona en respuesta a los disparos de las baterías iraquíes.El ataque, considerado como uno de los más importantes en el norte de Irak desde que finalizó la Operación Zorro del Desierto, el pasado mes de diciembre, se produjo pocas horas después de que los aviones estadounidenses dañaran seriamente el oleoducto que lleva el petróleo iraquí hacia Turquía, con lo que quedaban interrumpidas las exportaciones permitidas por las Naciones Unidas. Con la venta de ese crudo se financia el programa Petróleo por Alimentos, con el que se pretende paliar los efectos del embargo sobre la población civil iraquí.

El oleoducto dañado conectaba los campos petrolíferos de Kirkuk, a 225 kilómetros del norte de Bagdad, con el puerto turco de Ceyhan, en el Mediterráneo, y por él circulaban un millón de barriles diarios, lo que supone la mitad de las exportaciones toleradas por la ONU. El otro millón de barriles sale al extranjero a través del puerto de Al Bakr, cerca de Basora (sur de Irak), cuyas instalaciones quedaron seriamente dañadas en diciembre.

Guerra aérea

La destrucción de la estación de control del oleoducto y la interrupción de las exportaciones pone al descubierto el trasfondo de la guerra aérea que desde hace dos meses llevan a cabo estadounidenses y británicos. El bloqueo de las exportaciones de petróleo de Irak se produce en un momento crítico en el que el mercado internacional está saturado y el precio del crudo se encuentra bajo mínimos.Esta estrategia está provocando el nerviosismo de las autoridades de Bagdad, que ayer reactivó los programas de entrenamiento militar de la población civil, siguiendo así las directrices del presidente Sadam Husein impartidas en 1998 y que afectan a toda la población entre los 15 y los 60 años. En la última acción de estas características, el régimen de Bagdad logró movilizar a más de tres millones de voluntarios.